Papel de Arbol

domingo, 21 de mayo de 2017

Corrupción, pandemia del siglo XXI, por Jorge E. Zavaleta Alegre


Jorge  Zavaleta Alegre
No hay país en lo que va del  presente siglo,  con excepción de algunas administraciones de Europa del  Norte, donde la corrupción privada y/o pública no provoque la indignación de los pueblos. La presencia abrumadora de la tecnología de la comunicación, viene  ratificando que la acumulación de cuentas y negocios, van de la mano con la impunidad y la ausencia de la ética.

Mientras que en España, el  Diario16 de Almería, símbolo de periodismo moderno sin olvidar los valores esenciales de la comunicación social, remarca que la corrupción de Partido Popular es sistémica y “la tenemos en casi todos los territorios en los que gobierna o ha gobernado. La Púnica en la Comunidad de Madrid es otro ejemplo de ello, la actual Operación Lezo también. Es raro el dirigente del PP que no haya tenido problemas con la Justicia”.

Todos estos casos, que cita D16, tienen algo en común, además del enriquecimiento o el aprovechamiento del dinero de todos para fines personales: el silencio de Mariano Rajoy, cuando no su apoyo a quienes se han corrompido, tal y como vimos con el famoso SMS «Luis, sé fuerte".

En América Latina, la corrupción ha llegado  al extremo  que la ciudadanía considera que se vive una nueva plaga, aún sin remedio. Poderosas empresas del  Brasil, ligadas a funcionarios del gobierno de Lula,  cuyos ejecutivos están ahora en la cárcel, revelan haber compartido grandes sumas de dinero, mediante la sobrevaluación de proyectos de infraestructura sudamericana –IIRSA, diseñados por el Banco Interamericano de Desarrollo. 
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Centenas de alcaldes, gobiernos regionales  y cuatro presidentes del  Perú – Fujimori, Toledo,  García y Humala- están acusados de enriquecimiento ilícito, como si fuese posible enriquecerse con el  trabajo en un puesto público. Si la  justicia, no sigue dormida, faltarán cárceles  en este país de 33 millones de habitantes, con una tasa de un 10 por ciento de pobreza,  según Oxfam  2017. Toledo  vive en los EEUU  y no hay indicios de cooperación del actual gobierno para  expulsarlo.

Esta barbarie  que azota al planeta, fue anticipada  por Bertrand Russell,  intérprete de la lógica matemática, abrumado por la amargura humana,  se dedicó enteramente a la preservación de la paz entre las naciones, recibiendo el respeto del mundo a sus esfuerzos hasta morir  en 1970, a los 97 años de edad. Russell libró  polémicas respecto a la teoría de la relatividad al matrimonio, los derechos de las mujeres y el pacifismo, sobre el control de natalidad, la inmoralidad de las armas nucleares, y sobre las deficiencias en los argumentos y razones esgrimidos a favor de la existencia de Dios. Su magnífico estilo literario, lleno  de ironías, sarcasmos y metáforas mereció el Premio Nobel de Literatura.

La  Filosofía,  tan ausente  en este siglo, se actualiza con Morin, director del Centro de Estudios Interdisciplinares de la Escuela Superior de Ciencias Sociales de París,  con su  llamado paradigma de la complejidad, "que cuenta con la incertidumbre, la duda y el desorden, con la indisolubilidad en las profundidades de nuestro pensamiento del par sapiens / demens". Morin en declaraciones para El País, afirma que "la perspectiva histórica para el siglo XXI es constituir una unión planetaria que respete la diversidad de naciones y culturas".

"Podemos concebir violencias como recurso último de la existencia cuando hay opresión total, cuando no hay democracia, cuando no hay libertad de expresión. De otro modo, es una locura sangrienta. Acabó la ilusión de una violencia revolucionaria que daría luz a un mundo mejor por la razón muy evidente de que la utilización sistemática de medios violentos pervierte sus fines y los medios se transforman en fines", asevera Morin.

Morín señala que  "la tragedia de la Unión Soviética" (ahora  Putin y Trump, en componendas electorales) o la degradación de una guerrilla como la colombiana, son indicios de  la equivocada  conducta de los gobiernos que se alejan de las reglas  de la convivencia internacional.

"Hoy en día, el desencadenamiento sin límites de la violencia en el nivel planetario ha culminado en un ciclo infernal donde el maniqueísmo alimenta la violencia" y a la inversa. Los terroristas "no pueden comprender la humanidad de los humanos que matan". "Nosotros debemos comprender los caminos psicológicos, ideológicos y sociales que conducen al terror criminal". Y para conocer la raíz de estas perversiones, es fundamental el papel de la educación y, frente a la locura, "mantener la luz de la razón".

Esta cruda realidad, nos lleva a recordar las epidemias más devastadoras de la historia  que son consecuencia de la destrucción de los recursos del planeta y la pobreza material de amplios sectores populares.  En esa lista recordemos  el brote de ébola, que dio lugar a que la Organización Mundial de la Salud, declare la "emergencia sanitaria internacional.

La peste de la Guerra del Peloponeso: también conocida como "la peste de Atenas", fue la primera gran epidemia de la que se tenga registro, aproximadamente en el 430 a.C.  La plaga antonina: o peste de Galeno,  se llevó la vida del emperador Marco Aurelio, además de unas 5.000 personas en toda Roma. Sin embargo, en toda la historia de la viruela, se calcula que el número de víctimas suma unos 5 millones de personas.

La peste bubónica: esta mortífera enfermedad se contagia a través de las pulgas de las ratas infectadas por el bacilo de Yersin. La Peste negra: aunque es otro tipo de peste bubónica,  será recordada  por ser la más mortal de la historia de la humanidad. Originada en el Siglo XIV, se la recuerda por sus devastadoras consecuencias sobre Europa: mató a unos 25 millones de personas, alrededor de la mitad de la población de ese momento.

La gripe española: una variante del virus influenza de tipo A, que impactó a finales de la Primera Guerra Mundial y mató entre 50 y 100 millones de personas. La gripe no fue exclusiva de España -hubo víctimas en los cinco continentes-, pero se le dio ese nombre porque, al no participar de la contienda bélica, en ese país circuló mayor cantidad de información sobre el tema.

A manera de conclusión. En este 2017, la plaga que inunda el planeta es la corrupción, el desempleo, las enfermedades mentales,  cuyos diagnósticos  ignoran que la Salud Mental,  es consecuencia de la ausencia infinita,  total, del Estado ante  la depresión generalizada, empezando por los niños y la  Generación Y, también conocida como Generación del Milenio o Milénica, que es la cohorte demográfica que sigue a la Generación X.