Papel de Arbol

sábado, 29 de abril de 2017

Sin periodismo ético no hay democracia, por Manuel Domínguez



Manuel Domínguez
Si es comúnmente aceptado que sin libertad no es posible la democracia, debemos admitir que sin periodismo no hay ni libertad ni democracia porque el periodismo, como garante de derechos y valedor de la verdad, tiene la sagrada e irrenunciable misión de general ese estado de opinión publica en el que florece la independencia y la pluralidad, se fomenta el dialogo y el intercambio de ideas, se preserva el espíritu crítico y la capacidad de discernir y, indefinitiva, los poderes públicos son obligados a rendir cuentas de su gestión en un modelo político en el que la transparencia y la honestidad son valores intrínsecos de los que no puede desistir ni se debe mancillar.

Si es comúnmente aceptado que sin libertad no es posible la democracia, debemos admitir que sin periodismo no hay ni libertad ni democracia porque el periodismo, como garante de derechos y valedor de la verdad, tiene la sagrada e irrenunciable misión de general ese estado de opinión publica en el que florece la independencia y la pluralidad, se fomenta el dialogo y el intercambio de ideas, se preserva el espíritu crítico y la capacidad de discernir y, indefinitiva, los poderes públicos son obligados a rendir cuentas de su gestión en un modelo político en el que la transparencia y la honestidad son valores intrínsecos de los que no puede desistir ni se debe mancillar.

Las reglas del juego son muy sencillas, lo difícil no es admitirlas sino cumplirlas con responsabilidad y sentido ético para que la dignidad este supeditada a la conciencia no al capricho ni a la arbitrariedad de los poderes fácticos o dictaduras privadas. De la insolvencia de este principio nace el descrédito en el que se desenvuelve todo lo público y que ha desembocado en una crisis sistemática que hasta hace pocos meses nadie ponía en dudad, ante el auge irresistible de las redes sociales. Hoy la situación es otra, la información en las redes sociales para conseguir la credibilidad y el rango de noticia periodística libre e independiente el lector exige que la noticia venga avalada por el valor testimonial de una “cabecera” que sin duda este reconocida en el rigor de su propia existencia, ni la firma de un profesional conocido públicamente, informando con prisa y sin razón, de uno u otro pensamiento crea opinión la sociedad si además el soporte donde lo presenta no tiene el reconocimiento antes mencionado.

Las normas que llegaron a imponerse por una tecnología global cuyo control escapaba a toda ética llego a erigirse en un nuevo poder global con información rápida, sin reflexión y carente de pensamiento, donde no llego solo a cuestionarse al periodista y al medio complaciente con la corrupción, sino al periodismo en sí, controlado y desactivado por el capital al servicio de los mercados. No es que la mayoría de las veces resulte muy caro proclamar la verdad o defender la independencia, es que parece que trae más cuenta difundir la mentira. Dicen que la peor censura es la que uno ejerce sobre si mismo, la autocensura. En la libertad de expresión es preferible el ejercicio de la misma, aunque sea de forma negativa, que la privación de la verdad o la degradación de la opinión pública al relativismo y el pensamiento único público o privado. Es decir, el periodista es consciente de que en una coyuntura en la que se niega la libertad y la verdad no depende de la realidad objetiva e incuestionable , sino del ánimo o voluntad de quien dice sostenerla, tiene la obligación moral de mantenerse libre , libre de forma individual, pese a que colectivamente no sea posible para el la libertad. CAMUS, que entendía que si un periodista no puede decir todo lo que piensa, puede no decir lo que no piensa o lo que cree que es falso , insiste en que hay que resistir en una actitud de lucidez, rechazo, ironía y obstinación, que puede devenir incluso en desobediencia cuando la estupidez se hace insoportable.

Yo añado que cuando el miedo supera y se impone a la razón, es probable que no se pueda gritar la verdad pero, al menos, que el cómplice silencio no sea correa de trasmisión para los enemigos de la libertad. En medio de la corrupción generalizada , es necesario mantenerse honestos. No me refiero a sacrificios inútiles, todos los son, sino a ese es fuerzo sobrehumano que nos lleva a mantenernos firme y perseverantes en situaciones en las que sino es posible defender la verdad, al menos es preciso no servir nunca a la mentira. No podemos dejarnos llevar por el desánimo porque aún queda esperanza en un periodismo de reflexión desde el pensamiento y la conciencia. Es lo único que hoy puede mantener vivo el compromiso de la comunicación. Si desistimos, estaremos alimentando al monstruo atroz de la mediocridad y la intolerancia. No hay que bajar la guardia. Los hijos de la ambición y el servilismo a cualquier precio están más activos que nunca, más rabiosos y agresivos, están perdiendo, desde ese periodismo de priesas y sin valor de comunicación, ese que no le avalan la historia. Ahora solo mantienen la incoherencia de la “pasta bastarda que los formo”, ese periodismo pusilánime y cobarde, que vuelven a estar en celos y, siguen hablando porque algo tienen que decir.

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Nombre Jorge Zavaleta
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1 Comentario
 Jorge Zavaleta Alegre 29/04/2017 at 09:12
Jorge Zavaleta Alegre, Nueva York
El impacto de la era digital, se traduce en la revolución tecnológica que está transformando el trabajo y las relaciones de manera radical, pero este cambio en el mundo es percibido ahora de forma heterogénea. Sin embargo, es necesario precisar que los valores democráticos, la ética, la honradez, no pueden ser cambiados por la tecnología. Todo lo contrario.

Vivimos nuevos escenarios, muy similares a los que fueron revelados por Chaplin, en su célebre obra Tiempos Modernos, filme realizado en 1936, cuando el gran capitalismo, genera la revolución industrial, que es el predominio de la máquina sobre el ser humano.

Las tecnologías informáticas es verdad están cambiando el tipo de trabajos disponibles, y que esos cambios “no son siempre para mejor”. Por ejemplo, desde la década de 1980 los ordenadores realizan tareas como la contabilidad, el trabajo administrativo y los trabajos repetitivos en la fabricación y todos ellos suponían ingresos de clase media.

Manuel Domínguez Moreno, Presidente y Editor de Diario16, de Madrid, en una conferencia sobre Comunicación y Medios Digitales, remarca que el periodismo no debe sucumbir a las dictaduras públicas o privadas.

Mas bien, aprovechando el mejor uso de la tecnología, el buen periodismo puede estimular la expansión de sus mensajes que se identifican con las necesidades y alegrías de la humanidad. De esta manera será posible enfrentar el crimen organizado contra los recursos públicos o de aquellas empresas que actuando en la “legalidad” y cumpliendo los códigos éticos del trabajo y los derechos de los trabajadores, son víctimas del chantaje de los “políticos” para obtener prebendas.

TIEMPOS MODERNOS Y EL PERIODISMO, SEGUN EL MERCURIO

29/4/17

Jorge Zavaleta Alegre, Nueva  York.- El impacto de la era digital, se traduce en  la revolución tecnológica que está transformando el trabajo y las relaciones de manera radical, pero este cambio en el mundo es percibido ahora de forma heterogénea. Sin embargo, es necesario precisar  que  los  valores democráticos, la ética, la honradez, no pueden ser cambiados por la tecnología. Todo lo contrario.


Vivimos nuevos escenarios, muy similares a los que fueron revelados por Chaplin, en su célebre obra Tiempos Modernos, filme realizado en 1936, cuando el gran capitalismo, genera  la revolución industrial, que es  el predominio  de la máquina sobre el ser humano.
Las tecnologías informáticas es verdad están cambiando el tipo de trabajos disponibles, y que esos cambios "no son siempre para mejor".  Por ejemplo,  desde la década de 1980 los ordenadores realizan tareas como la contabilidad, el trabajo administrativo y los trabajos repetitivos en la fabricación y todos ellos suponían ingresos de clase media.

Manuel Domínguez Moreno, Presidente y Editor de Diario16, de Madrid,  en una  conferencia sobre Comunicación y Medios Digitales, remarca que el periodismo no debe sucumbir a las dictaduras públicas o privadas.

Manuel Domínguez Moreno

Mas bien, aprovechando el mejor uso de la tecnología, el buen periodismo puede  estimular la expansión de sus mensajes que se identifican con las necesidades y alegrías de la humanidad.  De esta manera será posible enfrentar el crimen organizado contra los recursos públicos o de  aquellas  empresas que actuando en la “legalidad”  y cumpliendo los códigos éticos del trabajo y los derechos de los  trabajadores, son víctimas del  chantaje de los “políticos” para obtener prebendas.

José Antonio Gómez, en la síntesis que publica el D16 sobre la conferencia  de Manuel Domínguez,  destaca la participación  de  estudiantes de Comercio y Marketing “con la pretensión de indagar los cambios que los nuevos medios digitales han implantado en el mundo de la comunicación, y al mismo tiempo destacar que  la ética y la libertad son elementos fundamentales de la profesión periodística.

En su repaso  a la historia del periodismo, Manuel Domínguez recordó que Diario16, al salir a las calles de España en 1976, se  sumó a la  edificación  de una línea editorial basada  en la defensa de los derechos humanos, en la independencia y en dar voz a quienes no la tienen, pilares que también siguen vigentes en el actual Diario16, el diario de la Segunda Transición.

Un  tema importante en esa conferencia fue el análisis de los proyectos de comunicación, considerando la premisa de “cómo ganar para no perder”,  porque ese es el único medio para mantener una información libre, rigurosa y permanente.

En este aspecto, Domínguez enfatiza la trascendencia de mantener una información libre e independiente sin sucumbir a las «dictaduras públicas o privadas», al mismo tiempo que analizar la presencia de periodistas en ciertos casos de corrupción política. “Que un periodista se corrompa es mucho más  grave que lo haga un político porque aquél roba  la libertad".

Para el representante del Diario16  un periodista, debe ser el vigilante de los poderosos: que  se corrompa es mucho más grave y dañino que lo haga un político o un empresario ya que éstos se venden por dinero, mientras que los periodistas corruptos están robando algo tan fundamental para un régimen democrático como es la libertad.

Estudios diversos sobre el mercado de trabajo  indican que los jóvenes de hoy no podrán escapar de la pobreza para 2030 si no tienen una forma de empleo, sostiene la ONU en las metas relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Al periodismo le corresponde no estar cerca del poder, porque los poderosos solo buscan el halago, a través del disfraz que le brindan muchos medios de comunicación.

El periodismo, ahora con las ventajas de la tecnología,  está para  colaborar con las instituciones públicas en todos los niveles y alentar  el pleno empleo de los jóvenes con eficacia, sostenibilidad y escala.

Para abordar la crisis del empleo juvenil, urge una acción mundial. El crecimiento mundial dependerá de los jóvenes de hoy. Combatir la persistente crisis del empleo juvenil requiere de un esfuerzo global y de una acción dinámica, con ética y cuidado del patrimonio de la  humanidad.

Una tercera parte de los 1.800 millones de jóvenes del mundo no trabaja, no estudia ni participa en ningún programa de formación.  De los mil millones de jóvenes que entrarán en el mercado laboral en la próxima década, se prevé que sólo 40 por ciento logrará encontrar un empleo disponible, indican estadísticas oficiales de  la OIT, 2017.

La economía mundial necesitará crear 600 millones de empleos en los próximos 10 años – cinco millones al mes – sólo para mantener el ritmo de las tasas estimadas de empleo juvenil. Revertir la crisis del empleo juvenil es una apremiante prioridad mundial y el costo  socieconómico de la inacción es alto.

“Los jóvenes constituyen 40 por ciento de la población mundial – la población joven más numerosa de la historia de la humanidad – pero están desproporcionadamente afectados por el desempleo.

Los medios de comunicación, tienen la oportunidad de contribuir mejor en la solución del empleo que es un problema persistente. Alrededor de 30 por ciento de los jóvenes no trabaja, no estudia ni participa en ningún programa de formación y, en todo el mundo, la situación de las mujeres es peor.

Los jóvenes del mundo no logran encontrar un trabajo productivo sostenible. Esto contribuye a la desigualdad, fomenta la tensión social, y pone en peligro la prosperidad y la seguridad de los países, en el presente y en el futuro. Este un tema que el periodismo debe proponer y arrancar al poder de turno a emprender soluciones con mayor dimensión humana. La corrupción es enemiga  del desarrollo.  Volvamos a las fuentes de la  sabiduría. La Filosofía, la Literatura, la Música, el Cine son elementos ligaos con el  buen periodismo, oficio o profesión que  será siempre  una ventana de luz en la oscuridad del cielo.

Por ejemplo Nueva  York, vive las 24 horas del día. Es una de las ciudades más pobladas del mundo, con una intensa dinámica cultural,   gracias a los aportes permanentes de los pueblos del Africa, de los errantes gitanos, los antiguos migrantes de Europa  y los latinoamericanos que  huyen del sur porque sus principales riquezas siguen siendo expoliadas por una cadena de políticos  que caminan airosos ante la anomia de jueces y fiscales, según revelan periódicos digitales como  El Mercurio de Madrid y Panorámica de Milán.