Papel de Arbol

miércoles, 4 de enero de 2017

PUERTO RICO EL NUEBO BORIQUEN

i]¿POR QUÉ LA ESTADIDAD PARA PUERTO RICO?

¡POR MUCHAS BUENAS RAZONES!


martes, 17 de septiembre de 2002

Eliomer Laureano[b]

EL SUEÑO de toda persona es que su país sea libre y pueda progresar al máximo sin depender de nada, pero no todos los países están capacitados para llevar a cabo ese sueño. ¿Acaso alguno de nuestros hermanos países latinoamericanos ha logrado progresar más que nosotros? La respuesta es no.

Todo lo contrario, tienen deudas millonarias con EE.UU. Nosotros, en comparación con países latinoamericanos, somos uno de los más adelantados, aunque la verdadera comparación debe ser con los 50 estados de la Unión. Por ejemplo, el estado de Mississippi es el estado más pobre y atrasado de la Unión; sin embargo, económicamente es tres veces más desarrollado que P.R. Pero, yo tampoco diría que ser estado sea fácil. La nación americana es una muy trabajadora, la cual en 200 años ha logrado convertirse en la más poderosa del mundo y en una potencia mundial, logro que nosotros y otros países latinoamericanos no hemos obtenido en 500 años de nuestra historia. Es por eso que pienso que, con la estadidad, nos esperará progreso, pero, al mismo tiempo, trabajo, mucho trabajo. Vendrán mas contribuciones, por lo que habrá que trabajar más, pero también vendrán más beneficios y tendremos una mejor calidad de vida.

Los EE.UU. son una nación compuesta de 50 unidades políticas distintas (estados soberanos) que delegan los poderes de defensa, moneda y relaciones internacionales a un gobierno central. Los demás poderes quedan en manos de cada estado para legislar y promover la prosperidad, el bienestar y la seguridad de sus ciudadanos. En P.R., no contamos con esos poderes que gozan los demás estados porque estamos sujetos a la cláusula territorial del Congreso (articulo IV, sección 3) en lugar de formar parte decisional de la unión. Con la estadidad, P.R. alcanzaría la soberanía plena.

La estadidad significa plena participación en el proceso político de los Estados Unidos. Para P.R., esto significaría participar en la elección del Presidente y en el proceso de cabildeo interno en el Congreso y entre el Congreso y la rama ejecutiva. En este último proceso de cabildeo, el derecho al voto en la Cámara y en el Senado es clave. Las diferentes delegaciones congresionales logran importantes beneficios para sus estados en este proceso, pero P.R. siempre ha dependido de la buena voluntad de algunos congresistas no relacionados a P.R. para lograr beneficios federales, ya que el Comisionado Residente no tiene voto. Ser estado nos permitiría la elección de 2 senadores y 6 ó 7 representantes ante el Congreso. El tener una población de 3.8 millones de habitantes aproximadamente le permitirá a Puerto Rico tener mayor poder político que 25 estados de la Unión. Es por eso que podremos defender los intereses de Puerto Rico, evitando la aprobación de medidas que nos afecten negativamente. Como dije anteriormente, en la actualidad, el Comisionado Residente tiene voz, pero no tiene voto en las únicas 2 comisiones donde participa en la Cámara de Representantes. La Estadidad nos permitirá tener participación con voz y voto en 50 comisiones con una delegación de aproximadamente 6 ó 7 Representantes ante el Congreso .

Me parece que, por ignorancia, mucha gente en P.R. todavía cree y respalda al ELA. No creo que esta gente se haya sentado a estudiar las diferentes opciones de estatus. Por ejemplo, el ELA es producto de una ley federal de 1952, lo que significa que nos encontramos en peligro cada vez que se elige un nuevo Congreso, ya que los congresistas pueden evaluar las leyes cada vez que deseen y podrían limitarlas e incluso eliminarlas, en otras palabras, todo lo que existe por ley no es permanente. Con la estadidad, tendríamos todos los beneficios, la igualdad con los demás estados y poder político bajo la Constitución que rige al país. Ello significa que sería seguro y permanente, ya que el Congreso no podría limitar, ni eliminar la Constitución tan fácilmente como una ley.

Si nos pusiéramos a analizar las siglas ELA (Estado Libre Asociado), nos daríamos cuenta de que el ELA en realidad es un disparate. Por lo que tengo entendido, P.R. no es estado, no es libre, ni es asociado. Me gustaría mucho que alguna persona que crea y entienda el ELA me orientase sobre qué significa el ELA para ellos. Me parece que el mismo nos brinda lo peor de la estadidad y de la independencia (lo peor de los dos mundos) y esa podría ser su posible definición. Bajo el ELA, nos limitan por leyes la producción de miles de productos que cultivábamos en el pasado, eliminando una oportunidad clave de ingreso. Tenemos que adquirir en EE.UU. la mayoría de lo que consumimos (lo que llamamos colonialismo). Como he dicho anteriormente, no tenemos igualdad con los demás estados ya que no recibimos mas de $3 billones de dólares anuales de programas estatales, el cual reciben los demás estados. No recibimos más de $2,800,000,000 de dólares anuales de contratos y apropiaciones del Congreso, ni $700,000,000 de bono al trabajador ("earned income credit"). No tenemos poder político para defender nuestros derechos, los cuales son violados frecuentemente (por ejemplo, el caso Vieques) porque tenemos las manos atadas. En otras palabras, nos tienen pillados y no podemos progresar, ni desarrollarnos en ningún aspecto. Curiosamente, el 90% de los seguidores del ELA son pro-americanos y atesoran su ciudadanía americana. Entonces, ¿qué sucede? Pues hay que explicarles que P.R. tiene un desarrollo económico 5 veces menor que los otros estados. Se les debe mencionar que hasta los países de Europa, los cuales llevan miles de años guerreando entre sí, se han unido en el mercado común europeo siguiendo el modelo democrático, político y económico de EE.UU.

Uno de los principales argumentos en contra de la estadidad es que los puertorriqueños serán forzados a comunicarse en inglés, que tendrán que dejar de hablar español y que la cultura y tradiciones puertorriqueñas se debilitarán considerablemente. Obviamente todo lo anterior es absolutamente falso. La Décima Enmienda constituye la fuente del poder de los estados para reglamentar aquellos asuntos que caen dentro de su soberanía. El poder político incluye dos aspectos importantes: el control del sistema educativo y la aprobación de un idioma estatal oficial, por lo que ni la rama judicial, ni el Congreso podrían imponernos un idioma oficial, ni reglamentar nuestra cultura. Un magnífico ejemplo es el caso del estado de Nuevo México que en su Constitución contiene disposiciones que adoptan el bilingüismo y protegen los derechos educacionales de los niños de descendencia hispana. También el Condado de Dale en Miami revocó una ordenanza que establecía el inglés como idioma oficial del condado. Por lo tanto, P.R. tendrá los poderes para adoptar cualquier idioma oficial y para llevar a cabo los asuntos relacionados a sus escuelas.

Muchos mencionan que la cultura puertorriqueña se debilitará al convertirnos en estado. Todos sabemos que en los lugares donde hay muchos puertorriqueños se come, se bebe, se baila, se lee, se juega y se hace todo al estilo puertorriqueño. Si alguien tiene duda de eso, puede visitar el Bronx, Orlando, Boston o cualquier otro conglomerado de puertorriqueños en los estados. ¿Por qué se celebran desfiles puertorriqueños en varias ciudades importantes? Cuando seamos estado, ¿acaso dejaremos de comer pinchos, bailar plena, decir "ay bendito" o ir a la playa? ¿Se van a llevar al Yunque y construir rascacielos en el Viejo San Juan mientras el coquí deja de cantar para siempre? Por supuesto que no. Bajo el sistema de gobierno estadounidense, el gobierno no controla la cultura. El que seamos estado no quiere decir que, cuando prendas la T.V., encontrarás ABC, NBC, CBS y todo en inglés y que Telemundo, Teleonce y Televicentro habrán desaparecido. No quiere decir que ya no habrá Nuevo Día ni El Vocero y que solamente encontrarás USA TODAY y el San Juan Times. No significa que el café se ponga "aguao", que ya no hayan aguacates, que, en vez de tostones, hayan "Pringles" para todo el mundo y que todos los "arroz con habichuelas" obtengan la forma de hamburguesas con doble queso y lechuga. Tampoco significa que el coquí cambie su canto a "I am here, I am here".

Además, nos podemos preguntar lo siguiente: ¿cómo era la cultura de P.R. en 1492, antes de la llegada de Colón a nuestra isla?, ¿cómo era la cultura de P.R. en 1592?, ¿1692?, ¿1792?, ¿1892? La cultura de P.R. ha cambiado sustancialmente. ¿Cómo será la cultura de P.R. en el 2092? Pues independientemente del estatus político de P.R., nuestra cultura cambiará. De esto, no hay la menor duda. La pregunta se convierte en cómo afectarán cada una de las fórmulas políticas nuestra habilidad, como pueblo, de decidir la dirección y la velocidad del cambio de nuestra cultura, el cual es inevitable. Por eso, recomiendo al pueblo de P.R. que empiece a defender nuestra cultura hoy. Conviene que se le enseñen a nuestras familias nuestra historia y nuestros valores. No esperemos a que el gobierno, sea cual sea, lo haga por nosotros, y no esperemos a que una fórmula política nos dicte cómo criar a los hijos y defender nuestra cultura. Si hay alguien que sepa apreciar más nuestra cultura, ése es un estadista. Pregunto qué administración dió más dinero para construir obras culturales permanentes. Esa fue la de Carlos Romero. ¿Quién construyó el Museo de Arte de Puerto Rico en San Juan? Pedro Rosselló. ¿Qué administración creó las mejores leyes en pro de la cultura y construyó el Museo de Ponce (uno de los mejores y más reconocidos en América)? Pues ese fue Don Luis A. Ferré, cuyo nombre también lleva nuestro enorme y precioso Centro de Bellas Artes.

Siempre se trae el argumento de que hablar en inglés es necesario para poder convertirnos en estado. Debemos recordar que los esquimales no hablaban inglés cuando Alaska se convirtió en estado, y que, en Texas, Nuevo México, California y Arizona, lo que se hablaba era español. Además, ¿quién puede salir adelante en el P.R. de hoy si no sabe inglés? Hay muchas personas que consideran que el aprendizaje del idioma ingles sería la causa de la extinción de la cultura puertorriqueña. Pues, ellos parecen ignorar que por nuestra asociación con EE.UU., tenemos acceso a los mejores mercados de empleo y sistemas educativos del mundo. Incluso el saber inglés aumenta las posibilidades de encontrar un buen empleo con un buen salario. También es necesario el poder leer y entender el inglés para así poder utilizar muchos recursos en las universidades y trabajos. Aún como república asociada, el aprendizaje del inglés sería un elemento clave para el éxito en muchos aspectos (en especial el económico). Nos podemos preguntar si el Sr. Rubén Berríos perdió su cultura por aprender el suficiente inglés para obtener un grado universitario en los EE.UU. El aprendizaje de ese idioma es posible y necesario para que nuestros hijos disfruten del mayor número de oportunidades disponibles. Y si habláramos inglés en P.R. de ahora en adelante, no significa que dejaremos de hablar español, ya que Marc Anthony, Tito Puente y muchos hijos de puertorriqueños que han nacido y vivido toda su vida en los EE.UU. continentales son un claro ejemplo de que eso no tiene que ser así. Recordemos que ahora en EE.UU. hasta George W. Bush habla español.

La cultura y el idioma no deben mezclarse con el estatus ya que podemos empezarlos a resolver ahora mismo y no dependen del estatus político para resolverse. No confundamos las gimnasia con la magnesia, ya que si Rubén logró aprender el idioma inglés, y disfrutar de las oportunidades educativas de los EE.UU. sin perder la cultura, también lo pueden hacer nuestros niños.

A muchos les preocupa el que podamos perder el Comité Olímpico. Pues el mismo es una entidad privada separada del gobierno como lo es también la Iglesia Católica. Los cambios en la condición política de los países (teóricamente) no tienen por qué afectar este tipo de entidades. Existe el precedente de Hong Kong, que, aunque se integró nuevamente a China, retuvo su franquicia de Comité Olímpico. Y al fin de cuentas, ¿necesita Igor González Comité Olímpico? ¿Le hizo falta a Roberto Clemente para conectar 3,000 hits?

¿Lo necesitó Gigi Fernández para ganar la única medalla Olímpica de oro que ha logrado un puertorriqueño? ¿Por qué no se lo preguntan a Alomar, a Baerga o a John John Molina? Precisamente porque se fueron por encima del Comité Olímpico, estos individuos están donde están. ¿Y qué sucede con los buenos atletas puertorriqueños? Pues, las universidades de Estados Unidos los reclutan con becas y ofertas para que jueguen allá y se forjen una carrera. Uno que otro se queda en Puerto Rico, pero la mayoría, lo apuesto, se van para el Continente, ya que los estados tienen más facilidades, más ayudas y mejores recursos para atraer a estos jóvenes atletas.

También, a muchos les preocupa que podamos perder la franquicia de "Miss Universe". Francamente, yo preferiría perder y sacrificar estos elementos y ver que mi país progrese, que disfrute de todos los derechos y libertades, que mis hijos y familiares tengan una mejor calidad de vida a todo lo contrario por conservar un comité olímpico y una franquicia de un concurso de belleza.

Muchos independentistas tienen el sueño utópico de que si nos independizamos de EE.UU., P.R. sería como Singapur o Suiza. Debemos preguntarnos dónde están geográficamente los asiáticos o los suizos. ¿Cuáles son sus historias, culturas, tradiciones, sistemas de gobiernos? Si P.R. se convierte en una república sería una más de las muchas latinoamericanas que ya existen porque nosotros somos latinoamericanos. Hasta este momento, ningún pueblo latinoamericano ha logrado demostrar que puede organizar y desarrollar un sistema socioeconómico que pueda garantizar a sus ciudadanos una calidad de vida igual o mejor a la que hoy disfrutamos. Independientemente de la causa que no permite el desarrollo de estas repúblicas latinoamericanas, ¿qué les hace pensar a los independentistas que en nuestro caso será diferente o que estas causas no nos apliquen a nosotros? Quizá podremos hacer transacciones comerciales con todos los países del mundo, pero qué sucede con México, República Dominicana, Cuba, Venezuela, Costa Rica y todas las demás repúblicas latinoamericanas que no acaban de resolver sus problemas con esa fórmula mágica.

Bajo la estadidad, tendríamos el derecho a participar equitativamente en distribución de recursos federales. El potencial de incremento en fondos federales para nuestra Isla a mediano plazo es de 88%, es decir, $9.5 billones anuales que actualmente no se reciben por ser Puerto Rico una colonia bajo el ELA. Estos fondos adicionales beneficiarán la vida puertorriqueña. Con la desaparición de la Sección 936 y su sustitución por la Sección 30A con término de 10 años, la única oportunidad que Puerto Rico tiene para lograr mejorar su estándar económico de vida y lograr prosperidad es con la estadidad. Sin la estadidad, Puerto Rico se dirige a un desastre económico-social. Esto se debe a que, como dije anteriormente, Puerto Rico no recibe los mismos beneficios económicos e incentivos que los demás estados. Por lo tanto, con la estadidad, tendremos el empuje económico que necesita nuestra economía para su desarrollo, mejorando así oportunidades de empleo, los servicios de salud, beneficios a los niños, familias, envejecí entes, veteranos e impedidos, educación para todos, vivienda, beneficios a la industria, comercio, manufactura y la banca, beneficios a la industria del turismo y la protección del ambiente, beneficios a la agricultura y beneficios a los municipios.

Pero a pesar de que la estadidad nos brindaría muchas aportaciones, tampoco hay que menospreciarnos, ya que P.R. ha aportado y podría aportar mucho a la nación americana siendo estado. La capital estatal más antigua de toda la nación es San Juan. Es la segunda ciudad que construyeron los españoles en América. La casa de gobierno más antigua de todo el Hemisferio es La Fortaleza. El fuerte más grande construido por los conquistadores en territorio americano es San Felipe del Morro. El bosque tropical más importante y grande de la Nación es el Yunque. Y el Observatorio de Arecibo es el radiotelescopio más grande del mundo. También hay que estar atentos para que no se confundan y vean que ésta no es una isla de ignorantes ni de ociosos. Hay muchos ejemplos de ello. ¿Sabes a quién se le considera que es uno de los actores que mejor pronunciaba el idioma inglés, algo reconocido hasta por el Old Vic de Londres? José Ferrer, puertorriqueño. ¿Sabías que uno de los programas de computadoras más importante de los últimos años ha sido Windows de Microsoft, el cual se hace en Las Piedras? ¿Sabías cuánto Tylenol se produce en Puerto Rico? Todo ¿Y cuántos perfumes que dicen MADE IN USA se hacen en Puerto Rico? Ocho de cada 10. ¿Sabías dónde está la fábrica de "chips" de computadoras más productiva del "mundo, donde se hace el Pentium Pro? Pues aquí en la isla.

La declaración de independencia muy claramente dice en su primer párrafo: "Nosotros, los padres de la patria, declaramos que todos los seres han sido creados iguales" Y nosotros en Puerto Rico, ¿somos tan iguales como los demás? ¿Cómo es posible que una Nación que se dice que es la más justa, poderosa y ejemplar del mundo tenga a 3.8 millones de ciudadanos que no votan por el Presidente, que no tienen los mismos derechos, que no reciben la misma ayuda, que no son ciudadanos con plena representación, que no son iguales? Esa misma declaración dice que todos los que vivimos bajo esta democracia, tenemos derecho a "buscar la justicia, la equidad y la felicidad". Pero, a veces, yo me pregunto a qué felicidad se refieren, ¿a la de no tener oportunidades de empleo? ¿a la de no tener los mismos beneficios federales? ¿a la de tener que ir a la guerra en los campos de Corea, Vietnam y el Golfo sin que podamos siquiera opinar sobre quién debe ser nuestro comandante en Jefe? ¿A eso llaman felicidad, a eso le llama justicia, a eso le llaman igualdad? El no poder tener esto último me indigna y es por eso que deseo y exigo la estadidad.

Por último, quisiera que te preguntes a ti mismo lo siguiente: ¿Por qué los que tienen poder económico envían a sus hijos a estudiar a EE.UU. y tus hijos se tienen que conformar con lo que se ofrece aquí? ¿Por qué familias con hijos con problemas de aprendizaje o impedimentos se mudan a los Estados Unidos buscando los beneficios que no tienen aquí? ¿Por qué algunos congresistas puertorriqueños no quieren que tengamos las mismas oportunidades y poder político que ellos disfrutan? ¿Por qué negarle la oportunidad a que uno de tus hijos pueda llegar a ser congresista, embajador o quizás aspirar a la presidencia de ese país? ¿Por qué negarle a tu familia un mejor futuro? Analiza detenidamente, la estadidad no quita, la estadidad añade.
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  #2 (permalink)  
Old 18th September 2002, 14:56
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L_F_Miranda
¿Si, Para que?

El_Jibaro hizo una pregunta y luego citó un rollo de un estadista reventao:

"¿POR QUÉ LA ESTADIDAD PARA PUERTO RICO?"

"¡POR MUCHAS BUENAS RAZONES"

martes, 17 de septiembre de 2002

Eliomer Laureano escribió lo siguiente...................

"EL SUEÑO de toda persona es que su país sea libre y pueda progresar al máximo sin depender de nada, pero no todos los países están capacitados para llevar a cabo ese sueño. ¿Acaso alguno de nuestros hermanos países latinoamericanos ha logrado progresar más que nosotros? La respuesta es no."
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Lo primero esta bien, pero para un estadista escribir "SIN DEPENDER DE NADA" esta peculiar. La estadidad es la culminación de la dependencia total. ¿Y si no fuera asi, para que enfatizan tanto los BENEFICIOS?
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El señor Laureano, haciendo comparaciones con Republiquitas y el estado de Mississippi dijo:

Todo lo contrario, tienen deudas millonarias con EE.UU. Nosotros, en comparación con países latinoamericanos, somos uno de los más adelantados, aunque la verdadera comparación debe ser con los 50 estados de la Unión. Por ejemplo, el estado de Mississippi es el estado más pobre y atrasado de la Unión; sin embargo, económicamente es tres veces más desarrollado que P.R. Pero, yo tampoco diría que ser estado sea fácil. La nación americana es una muy trabajadora, la cual en 200 años ha logrado convertirse en la más poderosa del mundo y en una potencia mundial, logro que nosotros y otros países latinoamericanos no hemos obtenido en 500 años de nuestra historia. Es por eso que pienso que, con la estadidad, nos esperará progreso, pero, al mismo tiempo, trabajo, mucho trabajo. Vendrán mas contribuciones, por lo que habrá que trabajar más, pero también vendrán más beneficios y tendremos una mejor calidad de vida.
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¿Y acaso los Esatdos Unidos se quiere "estoquear" con este mueble? ¿Para que?

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He aquí una lección de un libro de "High School" del 1937

Los EE.UU. son una nación compuesta de 50 unidades políticas distintas (estados soberanos) que delegan los poderes de defensa, moneda y relaciones internacionales a un gobierno central. Los demás poderes quedan en manos de cada estado para legislar y promover la prosperidad, el bienestar y la seguridad de sus ciudadanos. En P.R., no contamos con esos poderes que gozan los demás estados porque estamos sujetos a la cláusula territorial del Congreso (articulo IV, sección 3) en lugar de formar parte decisional de la unión. Con la estadidad, P.R. alcanzaría la soberanía plena.

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Este señor necsesita un "REALITY CHECK"

Dedido a la poblacion, 3.9 millones, un estado Boricua tendrá una representación estatal más grande que 29 estados! Eso suena chevere. Pero mirandolo mas a fondo, ¿de que partido serán esos 7 u 8 representantes y dos senadores? ¿Del partido que corta el mantengo o del partido que lo expande?

¿Se quedarán los Republicanos chupandose el dedo o "will they raise HELL!" NEXT

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Y sigue el rollo...........

La estadidad significa plena participación en el proceso político de los Estados Unidos. Para P.R., esto significaría participar en la elección del Presidente y en el proceso de cabildeo interno en el Congreso y entre el Congreso y la rama ejecutiva. En este último proceso de cabildeo, el derecho al voto en la Cámara y en el Senado es clave. Las diferentes delegaciones congresionales logran importantes beneficios para sus estados en este proceso, pero P.R. siempre ha dependido de la buena voluntad de algunos congresistas no relacionados a P.R. para lograr beneficios federales, ya que el Comisionado Residente no tiene voto. Ser estado nos permitiría la elección de 2 senadores y 6 ó 7 representantes ante el Congreso. El tener una población de 3.8 millones de habitantes aproximadamente le permitirá a Puerto Rico tener mayor poder político que 25 estados de la Unión. Es por eso que podremos defender los intereses de Puerto Rico, evitando la aprobación de medidas que nos afecten negativamente. Como dije anteriormente, en la actualidad, el Comisionado Residente tiene voz, pero no tiene voto en las únicas 2 comisiones donde participa en la Cámara de Representantes. La Estadidad nos permitirá tener participación con voz y voto en 50 comisiones con una delegación de aproximadamente 6 ó 7 Representantes ante el Congreso

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Veo que me dá la razón, pero no pone los detalles. primeramente, Puerto Rico tambien tendrá 8 votos electorales, suficiente para romper un "deadlock" en unas elecciones presidenciales. ¿Querrán los Republicanos 8 votos electorales que podrían decidir una elección a su contra?

Como vaticinaron los Estadistas Radicales, "We will go to Congress to raise Hell. We will form coalitions with other Hispanic representatives and create a huge voting block in order to push Bilingual education and programs that will benefit Hispanics, like affirmative action and all those other goodies that were begun by the Blacks in the 60's. Who cares that our actions will send the angry white males into Montana to join militia groups, hispanics will soon be the majority in 13 States."

Con esos truenos , ¿que gringo con dos sentidos de frente quiere la estadidad?
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Y tratando a los Boricuas de ignorantes:

Me parece que, por ignorancia, mucha gente en P.R. todavía
cree y respalda al ELA. No creo que esta gente se haya sentado a estudiar las diferentes opciones de estatus. Por ejemplo, el ELA es producto de una ley federal de 1952, lo que significa que nos encontramos en peligro cada vez que se elige un nuevo Congreso, ya que los congresistas pueden evaluar las leyes cada vez que deseen y podrían limitarlas e incluso eliminarlas, en otras palabras, todo lo que existe por ley no es permanente. Con la estadidad, tendríamos todos los beneficios, la igualdad con los demás estados y poder político bajo la Constitución que rige al país. Ello significa que sería seguro y permanente, ya que el Congreso no podría limitar, ni eliminar la Constitución tan fácilmente como una ley.
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Para finalizar, aunque los Boricuas , quizas no han estudiado las diferentes formulas de status , LOS GRINGOS SI LO HAN HECHO, Y POR ESO NOS DICEN,"NO WAY JOSE."
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  #3 (permalink)  
Old 18th September 2002, 15:28
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El_Jibaro
Talking Respuesta a Mirandita:

Solo necesito hacer una observación para determi
El territorio no incorporado de Puerto Rico es un archipiélago en la parte oriental del mar Caribe, posesión de los Estados Unidos desde el 25 de julio de 1898. Puerto Rico es un territorio no incorporado bajo la soberanía del Congreso de los Estados Unidos. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917, pero no tienen la mayoría de los derechos políticos que otorga la Constitución de Estados Unidos. Puerto Rico elige a un representante en el Congreso, con voz, pero sin voto. Los ciudadanos residentes en Puerto Rico no tienen derecho a votar por el Presidente de los Estados Unidos. En 1952, se conformó la Constitución de Puerto Rico llamada "Estado Libre Asociado", traducido al inglés como "Commonwealth of Puerto Rico". El 6 de noviembre de 2012 en Puerto Rico se realizó un plebiscito sobre el estatus político de la isla, donde el pueblo puertorriqueño rechazó claramente el actual estatus territorial conocido como "Estado Libre Asociado".
Resultados del plebiscito sobre el estatus político de Puerto Rico del 6 de noviembre de 2012:
Primera pregunta: ¿Está usted de acuerdo con mantener la condición política territorial actual (Estado Libre Asociado)? NO - 970 910 (53.97%) y SÍ - 828 077 (46.03%).
Segunda pregunta: ¿Cuál de las siguientes opciones no territoriales usted prefiere? Estadidad - 834 191 (61.16%), Libre Asociación - 454 768 (33.34%), Independencia - 74 895 (5.49%). En la interpretación de los resultados de esta segunda pregunta es importante señalar que 498 604 votantes dejaron esta pregunta sin contestar ya que son votantes confundidos que no han decidido por su estatus y que 65 863 dejaron sin contestar la primera pregunta.
Según la página oficial de la Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico (CEEPUR) hubo un total de 1 862 458 votantes. La CEEPUR certificó que el 61.16% de los electores que expresaron su preferencia por una de las opciones no territoriales, escogieron convertir a Puerto Rico en el estado 51 de los Estados Unidos de América.1 En mayo de 2013, el Comisionado Residente ante la Cámara de Representantes de EEUU, Hon. Pedro Pierluisi, presentó el proyecto de ley H.R. 2000 para la aprobación de un plebiscito Estadidad Sí o No, auspiciado por el Congreso.2 El 1 de agosto de 2013, la Comisión de Asuntos de Energía y Recursos Naturales que atiende los asuntos de Puerto Rico en el Senado de EE.UU. celebró una audiencia sobre los resultados del plebiscito de estatus de 2012.3 A esa fecha, 200 miembros de la Cámara de Representantes federal habían endosado el HR 2000.El término territorio no incorporado (en inglés, Unincorporated territory) se utiliza para denominar todos aquellos territorios que, aún estando bajo soberanía estadounidense, no forman parte del territorio nacional de los Estados Unidos, el cual está compuesto únicamente por los 50 estados, el Distrito de Columbia y el deshabitado Atolón Palmyra. Los territorios no incorporados no se consideran parte del país y, al no tener representación diplomática, moneda ni defensa propias, tampoco están considerados estados independientes por la comunidad internacional.
La mayoría de ellos forma parte de la lista de 17 colonias pendientes de descolonización. Pese a ello, a juicio del gobierno estadounidense no se trata de colonias. Territorios no incorporados antiguos como la Isla Serranilla y el Bajo Nuevo han sido devueltos a Colombia por la Corte Internacional de Justicia.







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¿Tiene futuro Puerto Rico?

Durante los pasados tres años he escrito menos columnas sobre los problemas que enfrenta el gobierno de Puerto Rico que en el cuatrenio anterior. En gran parte, eso se debe a que me han parecido inútiles. Cualquier persona que lea la prensa sabe que Puerto Rico se encuentra en su hora más gris desde la depresión que azotó a la Isla en la década del 1930.
Sí, uno se queja de una cosa u otra, esperando que la denuncia cree conciencia en el pueblo o que motive a alguien a hacer un esfuerzo por mejorar las condiciones del país. Empero, llega el momento que las denuncias son como lluvia que cae sobre el pavimento mojado: no pueden aportar nada más.
Hoy el país está en una encerrona financiera y política. Lo triste es que, en lugar de tratar de resolver estos problemas, hay personas que leerán mi columna con ojos partidistas, buscando si me inclino a un partido o a otro. Esas son las personas que harán comentarios con acusaciones partidistas, como si con eso resolvieran algo. Esas personas son parte del problema, no de la solución.
El hecho es que su inclinación política tiene muy poco que ver con la crisis del país. Sea usted estadista, estadolibrista, soberanista o independentista, el hecho es que el gobierno de Puerto Rico no tiene las herramientas financieras necesarias para lidiar con sus problemas económicos y no tiene los poderes políticos necesarios para salir de este atolladero. A corto plazo, la situación parece imposible.
Eso nos lleva a plantear la pregunta que sirve de título a esta columna: ¿Tiene futuro Puerto Rico?
La respuesta a esta pregunta no es fácil. Nuestro país ha estado estancado tanto política como económicamente por décadas. La “Perla del Caribe”, cuyo progreso deslumbró a muchos en las décadas del 1950, 1960 y 1970, hoy ha quedado rezagada en comparación con otros países latinoamericanos.
En términos sociales, vemos cómo el crimen y la corrupción se han vuelto parte de la cultura. El “punto” y el tirador de drogas se han convertido en parte de nuestra sociedad. Y cuando uno escucha algunos minutos de los programas radiales o de televisión local, puede notar el deterioro del nuestro discurso. La gente sabe más de la vida de los cantantes de rap y de las modelos de televisión que de los problemas reales del país.
Por eso, en momentos de pesimismo, uno llega a pensar que Puerto Rico no tiene futuro.
Sin embargo, pensar de esa manera es un grave error. El hecho es que mañana saldrá el sol, la brisa soplará y las olas acariciarán la playa. Las parejas se seguirán enamorando, bebés seguirán naciendo y la Navidad volverá a final de año. Chicos y chicas estudiarán, se graduarán de la escuela superior y terminarán estudios universitarios. La gente trabajará, abrirá pequeños negocios y laborarán en varias empresas. La vida continuará, aún medio de la crisis.
Hay futuro para Puerto Rico, pero será radicalmente distinto al hoy. La Isla continuará avanzando, de alguna manera, pero con una configuración política y económica distinta. Ya sea como estado, como colonia o como república, Puerto Rico tendrá que buscar la manera de crear ese nuevo futuro.
Y aceptemos una realidad: si el éxodo a los Estados Unidos continúa, alguien va a llenar el vacío poblacional. Quizás la gente que quede en el país tenga un explosión poblacional o quizás oleadas migratorias de otras islas caribeñas ocupen el lugar que otros han dejado vacante. Pero el hecho es que siempre habrá gente que amará vivir en nuestra Isla y que luchará por ella.
Los detalles no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que bajo nuevas condiciones esa nueva población forjará un nuevo futuro para un nuevo Puerto Rico. Esa es nuestra esperanza.
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¿Qué opina usted? Le invito a compartir su opinión, comentando tanto el contenido de esta columna como los comentarios de otros lectores y de otras lectoras.
El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez es el pastor de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en el Barrio Espinosa de Dorado, PR. http://www.drpablojimenez.com.





Puerto Rico es la menor de las tres Antillas Mayores en el Mar Caribe. Fue colonia española por cuatro siglos y desde 1898 forma parte de Estados Unidos.

Los primeros habitantes, llamados arcaicos, vinieron del Valle del Orinoco al norte de Sur América hace más de dos mil años.

Cuando los españoles llegaron a Boriquén (el nombre que le dieron a la Isla sus habitantes nativos) durante el segundo viaje de Cristóbal Colón en 1493, se encontraron con el grupo cultural de los taínos, de la etnia aruaca extendida por las Antillas Mayores.

Esta herencia indígena dejó una huella significativa en la cultura puertorriqueña.

La colonia española Colón nombró San Juan Bautista a la Isla de Boriquén, pero no fue hasta 1508 que los españoles establecieron una presencia permanente con Juan Ponce de León como primer gobernador.

La subordinación y los malos tratos dados a los indígenas provocaron la rebelión de 1511, mas poco pudieron las hachas de piedra contra los arcabuces y otras armas y estrategias de los conquistadores. Su rol como trabajadores forzados fue reemplazado por africanos importados como esclavos, primero de la misma España y luego de la parte occidental de áfrica.

El cruce de estas tres etnias (taína, española y africana) representa el origen étnico y cultural de los puertorriqueños. La mezcla racial y cultural continuó durante los próximos cuatro siglos producto de fuertes oleadas inmigratorias, tales como las de negros libres de las islas vecinas (en el siglo XVIII), los católicos europeos blancos (en el siglo XIX) y los estadounidenses, cubanos y dominicanos (en el siglo XX).

La colonia creció rápidamente y fue una de las bases de apoyo para el avance del imperio español en las tierras continentales. La ciudad principal fue llamada Puerto Rico, por su bahía espaciosa y su puerto natural. Con el paso del tiempo, al puerto se le conoció como San Juan y a la isla como Puerto Rico. Mientras el Imperio crecía y enfrentaba la rivalidad de otros poderes europeos, la importancia estratégica y militar de Puerto Rico opacaba su significación económica (particularmente luego de la conquista de las civilizaciones ricas de los aztecas en México y de los incas en Perú). Para el Imperio en crecimiento, Puerto Rico se convertiría en “la llave a las Indias?, un punto clave para repeler a los intrusos e infieles del Mare Nostrum español.

-La Isla como baluarte militar La importancia estratégica de la Isla se afianzó con la amenaza constante de las potencias europeas deseosas de adueñarse de las riquezas provenientes de América. Por otro lado, las guerras en las que la corona española se involucraba, provocaron una serie de eventos en nuestra historia temprana: los ataques sucesivos de franceses, ingleses y holandeses; y la construcción de murallas y fuertes en la ciudad de San Juan. Estas murallas y la acción decisiva de las milicias urbanas permitieron repeler la última invasión de los ingleses en el 1797, que fracasó en su intento de tomar la ciudad (como habían hecho con La Habana, en 1763). Otro efecto relacionado a la importancia estratégica de la Isla fue que los gobernadores nombrados durante el colonialismo español fueron capitanes generales desde 1582. Para pagar por los costos militares, en la Nueva España (México), se destinó a Puerto Rico un subsidio anual (conocido como el Situado) de 1582 a 1810. San Juan estaba aislada del resto de Puerto Rico y aún hoy día los sanjuaneros describen su viaje a cualquier otra parte de Puerto Rico como “ir para la isla?.

Desde sus comienzos, San Juan, como capital insular ha sido la sede de todas nuestras instituciones públicas: gobierno, iglesia y milicia. El “otro? Puerto Rico se benefició de la falta de interés del gobierno español porque desarrolló una economía de subsistencia, además de que sus habitantes producían muchos bienes (jengibre, maderas y cuero) que se destinaban al contrabando, el cual floreció sobre todo en la costa suroccidental de la Isla. Monopolio y contrabando Puerto Rico siempre sufrió económicamente por el monopolio imperial sobre el comercio.


El aislamiento y descuido por parte de España, durante los siglos XVII y XVIII, llevó al pueblo puertorriqueño al comercio ilegal. Por más de dos siglos, los puertorriqueños sobrevivieron gracias a los intercambios clandestinos con los franceses, ingleses y los colonos americanos. La población no veía contradicción alguna entre su lealtad a España y el hecho de que les compraban y les vendían a los enemigos de la Corona. El contrabando a su vez ayudó a los empresarios locales, como al zapatero mulato Miguel Enríquez, quien en el siglo XVIII se convirtió en el hombre más rico y poderoso de la Isla. Otro beneficio del contrabando fue que, no obstante su población mayormente rural, Puerto Rico no estuvo totalmente aislada del resto del mundo. Junto con los productos que satisfacían las necesidades materiales llegaron las ideas importadas a través de libros clandestinos.


La élite criolla, particularmente en la parte occidental de la Isla, estaba al tanto de las ideas de los filósofos de la Ilustración. Esto se evidencia en las instrucciones que los cinco cabildos de la Isla (las unidades representativas del gobierno español) le dieron a Ramón Power y Giralt, el primer puertorriqueño que participó como delegado en las Cortes Españolas (el equivalente de un congreso español) en 1810. -Surge el sentimiento de puertorriqueñidad El orgullo de ser puertorriqueño, no español, surgió entre los criollos a mitad del siglo XVIII. Esto es evidente en las pinturas de José Campeche (1751-1809), nuestro primer pintor importante en ese tiempo, quien era hijo de un esclavo liberto y cuyas pinturas (una de las cuales se le atribuyó incorrectamente a Francisco de Goya en España) se exhibieron en el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York en el 1988. De Campeche en adelante, la expresión de la identidad puertorriqueña se ha mostrado como una constante en nuestras artes visuales.


 Este sentido de nuestra diferencia de los españoles se reafirmó luego de la victoria contra los invasores británicos en el 1797. También llevó a los criollos a exigir reformas políticas, sociales y económicas al comienzo del siglo XIX. El sentimiento de puertorriqueñidad, que llevaba años en desarrollo, encontró su primera expresión en una institución pública en el 1809 cuando uno de sus representantes, el primer arzobispo puertorriqueño, Juan Alejo de Arizmendi, encomendó a Ramón Power y Giralt proteger los “derechos de nuestros compatriotas?.


El siglo XIX fue muy caótico en España y de cambios significativos en Puerto Rico. Comenzó con la invasión napoleónica a la Península Ibérica, situación que alentó las guerras de independencia y la pérdida de todas las posesiones españolas en el continente americano. Por ende, las expresiones abiertas de puertorriqueñidad se consideraban como subversivas por un gobierno que se esforzaba por mantener a la Isla libre del “contagio? revolucionario, especialmente del que provenía de la cercana Caracas, que era considerado como un foco de separatistas anti-españoles.

En el Caribe, sólo Cuba y Puerto Rico permanecían bajo el dominio español a consecuencia del establecimiento de gobiernos represivos en cada Isla con la complicidad de las clases dominantes esclavistas. La inmigración de cientos de monarquistas que escapaban de Venezuela contribuyó al fortalecimiento del sector político conservador y pro-español en ambas islas. -Cambios sociales y económicos en el siglo XIX Luego de la derrota de las fuerzas napoleónicas en el 1814, el nuevo rey de España decidió mantener a Puerto Rico leal y seguro a través de reformas económicas. Además, a raíz de la revolución haitiana, el miedo a las rebeliones de esclavos promovió esfuerzos para balancear las razas. La Real Cédula de Gracias del 1815 estimuló la inmigración de blancos católicos. Como resultado de esto, la demografía de Puerto Rico cambió, a la vez que cientos de franceses (mayormente criollos blancos de Haití, Luisiana, Guadalupe y Martinica), italianos e irlandeses, llegaron a la Isla con sus esclavos. También entraron muchos esclavos africanos mediante la trata libre.


A mediados de siglo, una nueva ola de inmigrantes llegó de Córcega, Mallorca y Cataluña. La Cédula de Gracias tuvo consecuencias económicas y sociales. Hubo un notable incremento en la producción agrícola de tres siembras comerciales: la caña de azúcar, el café (introducido a mediados del siglo XVIII y presto a convertirse en un producto importante de exportación hacia Europa), y el tabaco. El sistema de plantación fue adoptado extensamente y, con el aumento en la producción azucarera vino un incremento en la esclavitud africana, al igual que en el resto del Caribe. Eventualmente, la creciente demanda por mano de obra y la dificultad en adquirir esclavos, dadas las restricciones en la trata, hizo que los terratenientes miraran hacia la población libre de la Isla, que excedía a la de los esclavos. Dichos terratenientes convencieron al gobierno de que estableciera un mecanismo que forzaba a los campesinos sin tierras, que era la mayoría de la población, a trabajar como jornaleros.

También tenían que cargar con unas libretas en las que los patronos anotaban datos sobre la conducta laboral de los jornaleros. Este sistema conocido como Régimen de la Libreta duró desde 1849 hasta 1873. Para esta época, una élite criolla mayormente urbana había emergido y exigía participación en los asuntos de la Isla, exigencia que el gobierno español resistió y persiguió. Aquellos que tenían recursos o que recibían becas de donantes privados, iban a Europa a estudiar luego de graduarse del Seminario Conciliar en San Juan.


Una generación de jóvenes estudiantes puertorriqueños en España,para el 1840, produjo los textos fundacionales de nuestra literatura y la figura emblemática del jíbaro, el campesino blanco de las montañas. La abolición y el separatismo surgieron como los discursos contestatarios principales entre los criollos liberales. Los más extremistas fueron desterrados y aún en el exilio, el líder del movimiento independentista, Ramón Emeterio Betances (un médico educado en Francia) organizó la revuelta más seria contra el dominio español en Puerto Rico, el Grito de Lares en 1868. La revuelta fue sofocada en poco tiempo.

El movimiento abolicionista tuvo mejor suerte y el 22 de marzo de 1873 se logró la Abolición de la Esclavitud bajo la Primera República Española. Esta misma generación de criollos esbozó un proyecto liberal desde mediados del siglo XIX, en parte a causa de la crisis del azúcar que puso en evidencia la vulnerabilidad de la economía isleña. La nueva élite intelectual, residente mayormente en Ponce y San Juan, buscaba progreso económico, social y cultural. Creó instituciones culturales como el Ateneo Puertorriqueño en 1876. Los periódicos aparecieron por doquier, dándole voz a las exigencias de cambio. Estos criollos estaban al tanto de las ideas progresistas (como la democracia de Estados Unidos, que ya era el segundo país más importante en términos comerciales en Puerto Rico) y de los eventos en otras partes del mundo que los influenciaron. El modelo canadiense de gobierno autónomo inspiró un nuevo proyecto entre los intelectuales de la ciudad sureña de Ponce, dirigido por Román Baldorioty de Castro que resultó en la fundación del Partido Autonomista en el Teatro La Perla en el 1887.

Ese mismo año surge uno de los movimientos más radicales en nuestra historia: la boicotizadora, influenciada por el Irish Land League. Esta sociedad secreta se comprometía a boicotear los comercios españoles y promover sólo los negocios puertorriqueños. El gobierno español respondió a esto con la persecución y tortura de los autonomistas ( los compontes), incluyendo el encarcelamiento de los líderes principales en El Morro. Los historiadores han llamado ese periodo como el “Año Terrible del ‘87?. Diez años después, el gobierno español finalmente concedió la Carta Autonómica presionado por Estados Unidos que amenazaba con intervenir en Cuba. -Puerto Rico se convierte en colonia estadounidense El gobierno autónomo que España concedió no duró mucho. En el 1898, cuando el nuevo gabinete fue inaugurado, el buque Maine explotó en la bahía de la Habana lo que provocó la Guerra Hispanoamericana. Ocho días después de que la legislatura se reuniera por vez primera, las tropas estadounidenses desembarcaron en Guánica, suceso que marcó el final del experimento español en cuanto a gobierno propio e inauguró el experimento colonial estadounidense. Aunque la Isla no había participado en la guerra, su adquisición se convirtió en parte de una nueva visión geopolítica de la hegemonía estadounidense en el Caribe. En diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París y España le cedió formalmente Puerto Rico a Estados Unidos. Los derechos civiles y el estatus político de los isleños sería determinado por el Congreso estadounidense. Después de más de un siglo, nuestro estatus político continúa en manos del Congreso. El general invasor estadounidense Nelson A. Miles (quien fue responsable por terminar las Guerras Indias en Estados Unidos) sabía exactamente dónde desembarcar en Puerto Rico. Estaba bien informado sobre los sentimientos anti-españoles de la gente en la costa sur (quienes no habían perdonado los compontes del 87). Lo que llevó al desembarco sorpresivo y exitoso en la Bahía de Guánica, igual que al recibimiento entusiasta que los residentes de Ponce (baluarte de los criollos) y Yauco (baluarte de los corsos) les dieron a las tropas estadounidenses mientras el ejército español se retiraba hacia las montañas. La campaña militar fue rápida (los españoles sabían que ya habían perdido Cuba y, por ende, la guerra) aunque hubo algunas batallas hasta que el Armisticio se firmó un mes después del desembarco. Lo que sucedió después sorprendió tanto a los liberales como a los separatistas en Puerto Rico que le habían dado la bienvenida – y hasta ayudado – a la invasión. Ellos veían a Estados Unidos como el gran país democrático que le daría a Puerto Rico, como había prometido Miles, “las bendiciones de la civilización?. Por el contrario, durante dos años los estadounidenses establecieron un gobierno militar. Cuando se estableció un gobierno civil en el 1900, a través de la Ley Foraker, aun escritores estadounidenses como Lyman Gould y William Tansill lo consideraron inferior a la Carta Autonómica concedida por la decadente monarquía española. En términos jurídicos, Puerto Rico quedó definido como un territorio no incorporado que “pertenecía pero no era parte? de Estados Unidos. El desencanto con este estatus político causó protestas abiertas que a su vez dieron vida a una nueva organización política, el Partido Unión en el 1904. Por primera vez en nuestra historia, la independencia se incluyó como una opción legal en el programa de un partido político. Los Unionistas se convirtieron en el partido dominante por veinte años, hasta que el surgimiento de un Partido Socialista sólido (que representaba a los trabajadores y era proestadidad) llevó a unas coaliciones y alianzas que prevalecieron hasta que el Partido Popular Democrático (PPD), (fundado por descendientes de Unionistas) se formó en el 1938. -Primera mitad del siglo XX La Americanización como meta principal Durante las primeras tres décadas del siglo XX, en un esfuerzo tenaz por americanizar a los puertorriqueños, el idioma inglés se hizo obligatorio en las escuelas públicas. La estrategia falló dada la resistencia de la población a aprender “el difícil?, como le decían al inglés. Al día de hoy, menos de un 30% de la población de la Isla habla inglés. Puerto Rico progresó en muchos aspectos durante la primera década de soberanía estadounidense: se incrementaron las facilidades educativas, incluyendo la primera universidad pública fundada en 1903, a la vez que se mejoraron las condiciones de salud y las comunicaciones. No obstante, en detrimento de los cultivos de resistencia, Puerto Rico también vio la expansión del cultivo del azúcar, dirigida por tres corporaciones estadounidenses absentistas, lo que causó un aumento en el proletariado sin tierra. Esto también alimentó los sentimientos anti-estadounidenses entre porciones significativas de la población. Los intelectuales más importantes de este tiempo: Nemesio Canales, Luis Lloréns Torres, y Manuel Zeno Gandía atestiguaron a través de sus escritos esta situación. El Nacionalismo Después del comienzo de la Primera Guerra Mundial, la importancia geopolítica de Puerto Rico para Estados Unidos llevó al Congreso a aprobar la Ley Jones que otorgaba la ciudadanía estadounidense a todos los puertorriqueños en marzo del 1917. Pero los sentimientos de puertorriqueñidad no desaparecieron con la ciudadanía. Estos permanecieron especialmente fuertes en algunos sectores de la sociedad. Se fundó el Partido Nacionalista en 1922 y, bajo el liderato de Pedro Albizu Campos, este partido se convirtió en un instrumento de resistencia en la década de los treinta. Albizu enfatizó las raíces hispanas y la religión católica como protección contra la americanización (igual que los patriotas irlandeses hicieron al enfrentarse a los británicos en Irlanda). La influencia de Albizu fue evidente en la primera generación de escritores locales que emergió bajo el dominio estadounidense. La crisis de los años treinta Los treinta fueron una década de gran crisis social, económica y política no sólo en Puerto Rico sino en el mundo. La Gran Depresión empeoró las terribles consecuencias del Huracán San Felipe en el 1928 y la situación fue descrita apropiadamente en la canción popular de Rafael Hernández, “Lamento Borincano.? Puerto Rico se conoció entonces como “la casa pobre del Caribe?, luego de tres décadas bajo la bandera estadounidense. Las políticas del Nuevo Trato de Franklin D. Roosevelt se extendieron a la Isla para reducir el desempleo y la pobreza rampantes. Pero un conjunto de disturbios sociales y de huelgas, en particular en la industria del azúcar, y las reuniones de los trabajadores con Albizu, llevaron a que miembros de la élite pidieran a Washington que enviara una “mano dura? a la Isla. El resultado fue el nombramiento del general estadounidense Blanton Winship como gobernador. Esta designación llevó a una serie de eventos violentos que incluyeron el asesinato del Jefe de la Policía por los nacionalistas Beauchamp y Rosado quienes fueron asesinados por la policía. Como consecuencia se arrestó a Albizu y, luego de un juicio poco confiable, se le encarceló en Atlanta. Estas tensiones culminaron en lo que se llamó la Masacre de Ponce en el 1937 cuando policías armados, apoyados por el gobernador, dispararon y mataron a un número de nacionalistas no armados que participaban en una marcha/ protesta pacífica, según el Informe de la Comisión Hays. Una vez Albizu fue sacado de la escena política, Luis Muñoz Marín, fundador del Partido Popular Democrático (PPD), se convirtió en el líder principal de Puerto Rico. El partido que fundó en el 1938 controló en la Isla por tres décadas y permanece hoy día como uno de los dos partidos principales. La era muñocista La Era Populista (1940-68) bajo la bandera estadounidense trajo cambios enormes a la Isla que pasó de ser “la casa pobre del Caribe? a ser “la vitrina del Caribe?. Algunos escritores se han referido a estos años como “la revolución pacífica?. Puerto Rico pasó de ser una sociedad agraria y rural a una sociedad urbanizada e industrializada con nuevas clases sociales y con muchas más oportunidades educativas para el pueblo. Para asegurar este progreso, el gobierno de la Isla promovió una emigración masiva a Estados Unidos continentales. Como es de esperarse, la literatura de la época reflejó estos cambios. La Carreta de René Marqués evidenció los nuevos cambios poblacionales que incluyeron la emigración a Nueva York. La situación de los “neoricans? se describe a traves de escritores como José Luis González, en su novela corta Paisa, y Pedro Juan Soto, en Spiks. En los cuarenta, el destino de Puerto Rico se afectó una vez más por las consecuencias de su importancia estratégica. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Isla fue el centro de los planes para la defensa hemisférica y las bases militares estadounidenses aparecieron por todo el pequeño archipiélago puertorriqueño, incluyendo las islas de Culebra y Vieques. La base estadounidense más grande del mundo fue desarrollada en la parte oriental de Puerto Rico bajo el nombre de Roosevelt Roads. -Segunda mitad del siglo XX hasta el presente Estadolibrismo Luego de la guerra, los independentistas dentro del PPD reanudaron sus esfuerzos para concretar las promesas de auto-determinación para Puerto Rico, mientras que en la recién creada Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Soviética (URSS) y sus aliados acusaban a Estados Unidos de mantener una colonia. Como resultado, se preparó un plan con el respaldo de Muñoz Marín para resolver el problema colonial. Un estatus medio (ni estadista, ni independentista) fue diseñado, y luego de un largo proceso – y de una revuelta nacionalista que tuvo que ser controlada por la Guardia Nacional en el 1950 – se adoptó una constitución local en 1952. Se creó el Estado Libre Asociado (ELA), término que se tradujo como un “commonwealth?. Esto no resolvió la cuestión del estatus como Muñoz Marín había querido, pero al día de hoy define la relación política entre Puerto Rico y Estados Unidos. El debate sobre su naturaleza y existencia ha continuado desde su creación. La era del poder alternado En el 1968, el PPD perdió las elecciones por primera vez en cuatro décadas y un gobernador pro-estadista (Luis A. Ferré) fue electo bajo el Partido Nuevo Progresista (PNP). Ferré perdió las elecciones siguientes y Rafael Hernández Colón, del PPD, fue electo en el 1972. La administración de Hernández Colón tuvo que enfrentar la crisis mundial del petróleo. Como solución, el gobierno federal otorgó exenciones contributivas federales a las compañías multinacionales que operaban en la Isla y se incluyó a Puerto Rico en el programa federal de cupones de alimento. Los años setenta vieron el debilitamiento de la Operación Manos a la Obra (el plan de industrialización basado en las exenciones a compañías estadounidenses creado en el 1947) y el aumento en la dependencia de los fondos federales. La economía de la Isla pasó de la manufactura a las altas finanzas promovidas por los depósitos bancarios de las multinacionales. Esta etapa concluyó cuando el Congreso estadounidense eliminó los beneficios contributivos a las multinacionales (conocidos como la Sección 936 del Código de Rentas Internas Federal) en la última década del siglo XX. Desde entonces, todas las administraciones de la Isla han buscado un nuevo modelo económico que ayude a garantizar un alto estándar de vida económico.


Las últimas décadas de la historia política de Puerto Rico se caracterizan por el cambio de poder entre los dos partidos políticos principales (PPD y PNP) y la polarización de la sociedad. Un sector de los puertorriqueños desea la resolución del estatus político de la Isla, ya sea a través de la estadidad, la independencia o la libre asociación con Estados Unidos. El otro sector quiere mantener el status quo del ELA con algunas libertades adicionales. Entre el 1976 y el 1984, y de 1992 al 2000, los estadistas controlaron el gobierno puertorriqueño.

Sin embargo, en los plebiscitos de estatus durante esa época la alternativa de la estadidad no alcanzó la mayoría deseada por ese sector. Durante estos años y hasta el presente ha habido un surgimiento de orgullo puertorriqueño en su cultura e identidad y una nueva definición de puertorriqueñidad ha sido influenciada por la visión de la comunidad puertorriqueña en Estados Unidos, la diáspora. Esta población creció en términos numéricos y en términos de poder político, incluyendo la elección de tres miembros de extracción puertorriqueña al Congreso, dos de Nueva York y uno de Chicago. A comienzos del siglo XXI, Puerto Rico se encuentra en búsqueda de su destino, con fuertes lazos en Estados Unidos, con un sólido sentido de identidad, una producción artística y cultural exuberante. Autor: Dra. Ivonne Acosta 12 de septiembre de 2014