Papel de Arbol

domingo, 14 de agosto de 2016

EEUU: Demócratas aliados con los socialistas son mejor opción de gobierno


Jorge Zavaleta Alegre
Todavía aparecen propuestas, como la del candidato republicano a las elecciones presidenciales de EU del 2016, de construir un muro de siete mil kilómetros a lo largo del Rio Bravo. Propuestas de este tipo ponen los nervios de punta para quienes ven amenazadas las posiciones intolerantes.
No faltan evocaciones atribuidas a Porfirio Díaz (1830-19159) como “México tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos” y que O’Sullivan, en una columna en el New York Morning, refiriéndose a la disputa con Gran Bretaña por Oregón, sostuvo que: ”…esta demanda está basada en el derecho de nuestro destino manifiesto a poseer todo el continente que nos ha dado la providencia para desarrollar nuestro gran cometido de libertad, y autogobierno”.
La historia de la migración, su geografía y sociología, las afirmaciones sobre la identidad y las diferencias entre los pueblos, el derecho humano, las costumbres y moral de los individuos, así como las percepciones y actitudes no sólo tienen que ver con el pasado, el presente sino con el futuro, de lo factible y del ideal de la convivencia.
Existen profundas contribuciones de la migración latinoamericana a los Estados Unidos: La fuerza de trabajo. La dinámica económica. La relación entre población en edades activas e inactivas. El bono demográfico desde los países latinoamericanos, entre otros aportes.
Desde fines del siglo XX, los EU junto a la mayor parte del mundo desarrollado se encuentra en un proceso de envejecimiento de su población, es decir con intensa variación de la estructura por edades.
Este cambio intergeneracional, en términos sociales, económicos y políticos, advierte el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)- CEPAL-NNUU precisa que más del 50% de la población blanca no hispana actualmente es mayor de 41 años, mientras que en 1980 más del 50% era menor de 32 años.
Un primer aspecto destacable es el gran crecimiento absoluto y relativo de la migración latinoamericana a los Estados Unidos. Hasta 1960 había menos de un millón de inmigrantes latinos residiendo en ese país, los que representaban menos del 0,5% del total de la población residente.
EL PASO
A partir de entonces, la inmigración latinoamericana ha crecido en forma vertiginosa, alcanzando la cifra de casi 19 millones de inmigrantes en 2009, los que representan el 6,3% de la población de los EU.
Esta tendencia de la inmigración ha derivado en que América Latina sea actualmente la principal región de origen de la migración a los Estados Unidos. En los últimos 20 años el 60% de los nuevos inmigrantes que llegaron a los Estados Unidos provenían de esta región.
CONTRIBUCIONES
La inmigración latinoamericana en los EU se visualiza como un sistema de transferencia de trabajo y fuerza de trabajo desde los países de origen a los de destino, es decir en ocupaciones de baja calificación, mal remunerados, sin prestaciones laborales, entre muchos otros aspectos.
La integración de dicha inserción laboral tiene que ver con el proceso de envejecimiento que vive la población nativa de los EU y con el aporte económico de la inmigración latinoamericana a la fuerza de su trabajo en los EU.
De acuerdo a la información disponible, actualmente casi el 5% de la fuerza de trabajo de América Latina ha emigrado a los EU. El crecimiento de la fuerza laboral se acelerará en los próximos tres años a medida que el ritmo de crecimiento económico se consolide y regrese más gente al mercado de trabajo, pero de ahí en adelante el crecimiento se reducirá drásticamente. El promedio anual de crecimiento entre 2020 y 2034 será de solo 0.6%.
La población hispana jugará un papel cada vez más importante en el crecimiento del empleo en EU, porque son el segmento más joven y de más rápido crecimiento de toda la población.
El empleo hispano crecerá a una tasa promedio del 2.6% anual en los próximos 20 años y pasará del 16% del total del empleo en el país en el año 2014 al 22.9% en el año 2034.
Una economía más robusta aumentaría también el empleo entre la población no hispana, con un aumento del orden de las 900,000 personas.
El crecimiento de la población no hispana pasará de 0.5% entre 2015 y 2019 a 0.3% entre 2029 y 2034. La población hispana crecerá en promedio un 2.1% anual durante todo el período.
Según el censo, en este momento hay un poco más de 55 millones de hispanos en el país, lo que representa un 17.4% de la población.
Más de la mitad de los hispanos nacidos en el exterior que residen hoy en Estados Unidos proceden de México. El 15% vienen de Centroamérica, y Sudamérica y el Caribe aportan 10% cada uno. Todos estos países crecerán en los próximos 20 años, pero su crecimiento no será suficiente para retener a toda su población. De allí que, según Naciones Unidas, los flujos migratorios se mantendrán durante todo el período a niveles similares a los actuales.
Este proceso migratorio, que en el caso de la población negra, la historia revela un camino complejo y también violento, ha servido de antídoto para el actual proceso. El movimiento pacífico abanderado por Luther King que logró la aprobación de la Ley de los Derechos Civiles (1964) y la Ley del Derecho al Voto (1965), normativas diseñadas para prohibir la discriminación por razón de raza, género, religión y nacionalidad, y bloqueaban iniciativas destinadas a desincentivar el voto de las minorías.
EL LOGRO IMPENSABLE
Aquellas protestas posibilitaron que hoy Barack Obama sea el presidente de EEUU, el primer afroamericano, un logro que resultaría impensable en los tiempos de King, que imaginó otros avances que siguen pendientes. “1963 no es un final, sino un principio”, recitó el activista en su fervoroso discurso ‘Tengo un sueño’ cuya evocación de un futuro de igualdad racial choca con las frías estadísticas del presente.
En 2012 el índice de desempleo de la población negra fue de un 13,8 por ciento, por un 8,1 de la blanca. Además, de los 40 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, un 25,8 por ciento son negras (frente al 11,6 % blancas). Entre 2000 y 2010, la tasa de encarcelamiento de afroamericanos fue siete veces superior a la de los blancos mientras que la segregación de la que se quejaba King aún persiste, si bien de formas más sutiles.
CONCLUSIONES
Con la globalización, la sociedad se ve atravesada por un sistema de redes y relaciones de interconexión local-global, así como por procesos, actores y fuerzas sociales translocales y transnacionales. Desde esta perspectiva, es posible identificar distintos niveles y procesos: la migración como reproducción demográfica); las transferencias económicas (la reproducción desde la economía: migración, trabajo y remesas); y la migración como reproducción social (transferencias sociales y culturales).
En términos económicos, EU espera con su acelerada revolución tecnológica, continuar que Latinoamérica sea una creciente economía consumidora de productos terminados y el modelo de exportador de recursos primarios. Los tiempos de guerra y de invasiones, adquieren otro horizonte.
Ahora el Departamento de Estado que ha jugado persistentemente a la estabilidad, independientemente de los desafíos que se le han presentado. Esto sigue abriendo oportunidades de acción sobre todo multilateral a los países de la región, aunque no puede olvidarse que la principal potencia militar del mundo y la economía más fuerte del planeta seguirá existiendo, y que las relaciones con ella son asimétricas y continuarán siéndolo en el futuro previsible, explica Flacso en un último informe.
En la actualidad el número étnico de los estadounidenses llegados de Asia es uno de los que avanza más de prisa en EEUU.
En América del Sur el conocimiento de lenguas nativas y del inglés carece de interés de los gobiernos y no hay profesores suficientes. En los pueblos apartados de los andes, el inglés es desconocido por completo.
En EEUU ya se habla más español que en España. Cuarenta y uno millones de personas hablan español de forma nativa y 11,6 millones son bilingües, señala el Instituto Cervantes, que el español “es una lengua viva”.
Las cifras, indican que EEUU queda por delante de Colombia, que tiene 48 millones de habitantes que hablan español, y España, que tiene 46 millones, convirtiendo al país norteamericano en la segunda nación hispanoparlante del mundo, tan solo por detrás de México -121 millones.

LOS GLACIARES SE DESCONGELAN Y NADIE ESTÁ EXENTO DE RESPONSABILIDAD. POR ISABEL RECAVARREN

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Expertos de 20 países se dieron cita en Huaraz para intercambiar experiencias y conocimientos, académicos, científicos, representantes de la sociedad civil y estudiantes. Un evento gratuito abierto a la ciudadanía. En efecto, el tema que surgió, ya preocupante, cincuenta años atrás y por intereses varios no se le dio la debida atención, ahora, con pruebas irrefutables y evidencias que están al ojo de cualquier persona, nos encontramos frente a un cambio climático.
El primer recurso afectado es el agua, el elemento básico para la sobrevivencia de la especie humana y animal, para la producción de alimentos, para las actividades productivas, por ejemplo la minería. Los Glaciares se están descongelando. Por ello Huaraz es la sede más adecuada para reflexionar ante este fenómeno.
Científicos que están buscando soluciones, hasta ahora, sin resultados definitivos presentarán en estas “tres días” sus ideas.
Se debe resaltar el papel de la cooperación internacional capitaneada por Canadá, la participación de Universidades como la de Washington, Ohio, De Bélgica, de Francia.
Escuchar sobre investigaciones basadas en la recolección de agua de las diferentes lagunas alrededor de Huaraz, para estudiar su composición, nos hace comprender el valor científico de estas investigaciones donde el  70% del financiamiento viene de afuera y el 30% de Perú.
Por otro lado, el evento inicio con la firma de Acuerdos de colaboración entre la Universidad y las instituciones peruanas y también con la Comunidades huaracinas.
Si los científicos están convencidos, las instituciones también lo están, el mundo académico firma las investigaciones, queda la sociedad civil, la ciudadanía, de la cual depende gran parte del mantenimiento de los recursos, en este caso hídrico. Al final, sabemos que se contamina carburando combustible, nadie está exento de responsabilidad aunque este fenómeno haya iniciado con la Revolución Industrial.
ACERCA DEL AUTOR



     ISABEL RECAVARREN


Peruana. Abogada. Egresada de la Universidad Mayor de San Marcos. Especializada en Organismos Regionales e Internacionales de Desarrollo POIRD-Universidad de Piura. Especializada en Derecho y Economía de la Unión Europea-Universidad Statale di Milano. Doctor en Derecho Internacional de la Economía-Universidad Luigi Bocconi, grado del Ministerio de Educación de Italia. Dirige el CEFIAL-UE, la Revista Panorámica Latinoamericana. Coordina el Foro Euro-Latinoamericano de la Mujer. El conocimiento en las personas genera desarrollo y éstas constituyen el mejor recurso de una Nación.

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La Revolución Cubana y la izquierda revolucionaria en la década de sesenta, por Jan Lust



Por Jan Lust
"La Revolución Cubana de 1959 fue en la década de 1960 el catalizador del surgimiento de grupos guerrilleros en toda América Latina. En Perú surgieron varios grupos insurgentes, de los que el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) fueron los más importantes. Estos guerrilleros no llegaron a triunfar, pero sus actividades y propuestas tuvieron trascendencia posteriormente. Esta obra completa y profundiza el conocimiento existente", escribe Jan Lust en su libro: Lucha revolucionaria Perú 1958-1967.


La Revolución Cubana ha contribuido significativamente a la formación y desarrollo de diversas organizaciones guerrilleras en América Latina. Sin embargo, ella no fue la causa del surgimiento de los movimientos revolucionarios en los años sesenta.

Al final de los años cincuenta una ola de resistencia “azotó” a América Latina, provocada por el estrangulamiento de las nuevas fuerzas de producción en un sistema que no solo fue diseñado para los intereses de la burguesía urbana, sino que también fue basado en una subestructura de una economía agraria arcaica. El auge de los movimientos sociales, producido ​​por un intenso proceso de industrialización en una región atrasada y la necesidad de sustituir mecanismos de gobierno anticuados, por los que al nivel político expresarían los cambios en el terreno económico, era tierra fértil para una práctica revolucionaria.

La ausencia de una verdadera vanguardia antiimperialista hizo imposible la toma del poder por el proletariado y sus aliados en América Latina. Los partidos comunistas, por ejemplo, mostraron una desastrosa falta de imaginación política y una ignorancia asombrosa en relación con su participación en la dirección de las masas trabajadoras. En 1965, la CIA escribió en su Survey of communism in Latin America que en el corto plazo ningún partido comunista latinoamericano es una verdadera amenaza para los gobiernos existentes.

El papel de líder de las masas fue tomado a finales de los años cuarenta por un grupo de partidos populistas jóvenes que rápidamente ganaron seguidores en el Perú (Alianza Popular Revolucionaria Americana; APRA), Bolivia (Movimiento Nacionalista Revolucionario; MNR), Guatemala (Partido Revolucionario de Guatemala; PRG), Venezuela (Acción Democrática; AD), etcétera. Estos partidos lograron ganar las capas bajas de la sociedad ofreciéndoles programas de reforma. Sin embargo, una vez en el poder, se mostraron incapaces de ir más allá de tímidas reformas, o fueron depuestos por los militares. Esta inmovilidad revolucionaria terminó con la Revolución Cubana.

En este artículo narramos los efectos que tenía la Revolución Cubana sobre la izquierda revolucionaria latinoamericana en la década de sesenta, y en especial sobre la izquierda revolucionaria peruana, y discutimos el internacionalismo de la Revolución Cubana. En la última sección de este artículo argumentamos que la Revolución Cubana no fue “exportada” como dicen algunos autores como Ricardo Napuri, sino que los revolucionarios de cada país tomaron las lecciones de la Revolución Cubana y trataron de aplicarlas en su propio país.

Este artículo está organizado en cuatro secciones. En la sección 1 hablamos sobre el efecto que tenía la Revolución Cubana sobre la izquierda revolucionaria latinoamericana. Sección 2 está dedicada a la izquierda revolucionaria peruana y la Revolución Cubana. En la sección 3 se revisa el internacionalismo de la Revolución Cubana en la década sesenta, y en la sección 4 discutimos la supuesta exportación de la Revolución Cubana.

1. La Revolución Cubana y la izquierda revolucionaria latinoamericana

El éxito de la Revolución Cubana inspiró los pueblos de América Latina a reforzar la lucha contra sus enemigos de clase. Proporcionó muchas lecciones que fueron tomadas rápidamente y que provocaron revoluciones dentro de la izquierda. Algunos ejemplos lo ilustran. El excomandante guerrillero Venezolano Alfredo Maneiro de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) decía en el libro La lucha armada: Hablan 6 comandantes. Magoya, Luben Petkoff, Anselmo Natale, Luis Correa, Juan Vincente Cabezas, Alfredo Maneiro: “-La Revolución Cubana- justificó una cierta sana impaciencia revolucionaria, liquidó una vieja discusión sobre el fatalismo geográfico y el hecho de que al ser nosotros la retaguardia física del imperialismo de esta parte del planeta, ello parecía excluir las revoluciones latinoamericanas del mundo de las posibilidades.

La Revolución Cubana liquidó ese fantasma de un solo plumazo. Actualizó la acción directa, puso en el banquillo de los acusados al militante tradicional y a la forma tradicional de hacer política de izquierda. Es decir, dejó de ser, como creo dijo Guevara en una ocasión, una política que solo podía producir mártires pero cuya factibilidad era para el museo de la revolución. Una política que no tenía significación social, que no cambiaba las cosas, que no tenía eficacia.” Milton Hernández, comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN) colombiano, escribió lo siguiente en su Aproximación a la historia del ELN: “El impacto de la Revolución Cubana estremeció al continente latinoamericano y llenó la juventud de ideas y razones para emprender el camino justo de luchar contra la opresión y por la independencia. En Colombia la Revolución Cubana da inicio a un profundo viraje histórico, y obliga a replantear las estrategias y tácticas que hasta la época desarrollaban las organizaciones revolucionarias, principalmente los partidos comunistas: del solo acumulado político y de masas, hecho posible para ganar la libertad se comprendió que sin el desarrollo de lo militar, ligado a un proyecto político con arraigo popular, era imposible la conquista de las metas propuestas.”

En el período 1959-1962 había un rápido incremento de movimientos guerrilleros en una gran cantidad de países. En noviembre de 1959, guerrilleros paraguayos del Movimiento 14 de Mayo trataron de iniciar la guerra revolucionaria, que, sin embargo, fracasó. La mayoría de los guerrilleros murieron. En diciembre del mismo año empezaban, en la Argentina, los Uturuncos, una guerrilla de origen peronista. En el verano de 1960, el Movimiento 14 de Julio Dominicano no logró desembarcar sus cuadros sanos y salvos en el país. Más de un centenar de revolucionarios murieron en la costa norte del país. En 1960, dos exmilitares, Marco Antonio Yon Sosa y Luis Augusto Turcios, fundaron en Guatemala el Movimiento Revolucionario 13 de Noviembre (MR-13); en abril de 1962, un grupo de estudiantes creó el Movimiento 12 de Abril y, luego, en el mismo año, apareció el Movimiento 20 de Octubre del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT). En diciembre de 1962, todos estos movimientos se unieron en las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR).

En 1959 se formó en Nicaragua el grupo Juventud Patriótica (JP) que se dirigió claramente hacia el desarrollo de la lucha armada. El grupo se dividió y luego algunos exmiembros crearon el Movimiento Nueva Izquierda JP (MNI). El 23 de julio de 1961, se fundó el Frente de Liberación Nacional (FLN) que en 1962 cambió su nombre por Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). En marzo de 1962, el intento guerrillero de jóvenes de la Unión Revolucionaria de Juventudes del Ecuador (URJE) fue desbaratado al comienzo. En el mismo mes se fundó en el Perú el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) y en el mes de septiembre se creó en Cuba el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

La mejor expresión del estado de ánimo y el impulso de estos días era La Segunda Declaración de La Habana, el manifiesto de la revolución latinoamericana: “Con lo grande que fue la epopeya de la independencia de América Latina, con lo heroica que fue aquella lucha, a la generación de latinoamericanos de hoy les ha tocado una epopeya mayor y más decisiva todavía para la humanidad. Porque aquella lucha fue para librarse del poder colonial español, de una España decadente, invadida por los ejércitos de Napoleón. Hoy les toca la lucha de liberación frente a la metrópoli imperial más poderosa del mundo, frente a la fuerza más importante del sistema imperialista mundial, y para prestarle a la humanidad un servicio todavía más grande del que le prestaron nuestros antepasados. 

Pero esta lucha, más que aquella, la harán las masas, la harán los pueblos; los pueblos van a jugar un papel mucho más importante que entonces; los hombres, los dirigentes, importan e importarán en esta lucha menos de lo que importaron en aquella. Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados; la van a escribir las masas progresistas, los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina. Lucha de masas y de ideas; epopeya que llevarán adelante nuestros pueblos maltratados y despreciados por el imperialismo, nuestros pueblos desconocidos hasta hoy, que ya empiezan a quitarle el sueño. Nos consideraba rebaño impotente y sumiso, y ya se empieza a asustar de ese rebaño; rebaño gigante de 200 millones de latinoamericanos en los que advierte ya a sus sepultureros el capital monopolista yanqui.”

2. La Revolución Cubana y la izquierda revolucionaria peruana

El impulso revolucionario que significó la Revolución Cubana para los revolucionarios peruanos fue expresado por Héctor Béjar en su libro, Perú 1965: una experiencia guerrillera (1969), de la siguiente manera: “En general, el socialismo cubano planteaba los problemas de la revolución para la orden del día y no para un mañana más o menos lejano, daba una finalidad precisa a todos los revolucionarios de Latinoamérica y otorgaba cierto respaldo a las “herejías” en germen. Aún sin proclamarlo, todos comprendíamos por esos años que una nueva etapa revolucionaria había empezado y que, de realizarse, la revolución no se desarrollaría necesariamente de acuerdo a los patrones que teníamos en mente.” También decía: “A todos los unía la admiración por la Revolución Cubana y sus líderes y el anhelo de seguir su ejemplo.”

Alain Elías, exdirigente del ELN también tiene una opinión muy clara respecto al efecto de la Revolución Cubana. En una entrevista con el autor de estas notas decía: “La Revolución Cubana es la que pone sobre el tapete la lucha armada por la lucha electoral. Hasta antes de la Revolución Cubana no se consideraría la lucha armada sino la lucha electoral, la famosa acumulación de fuerzas. Hasta ahora están acumulando fuerzas.” Citando un documento del ELN de 1965, dice además: 

“El advenimiento de la Revolución Cubana quebró para siempre el mito geopolítico de la impotencia revolucionaria en América Latina. […] La Revolución Cubana señaló además que el único camino a seguir para la conquista y la liberación nacional es la lucha armada porque las clases explotadores no abandonarán jamás el poder de manera pacífica. […] La Revolución Cubana demostró finalmente que las condiciones subjetivas toman impulso y se desarrollarán graciosamente en favor la lucha guerrillera.” 

El exdirigente del ELN, Julio Dagnino, decía en una entrevista con la poeta Rosina Valcárcel lo siguiente: “Creo que la línea de la Revolución Cubana, el contenido innovador, el operativo de la organización de la Revolución Cubana, del Movimiento de 26 de Julio, colma muchas de las expectativas de esa generación. Por primera vez se ve una revolución de carácter latinoamericano; quienes habíamos pensado antes del triunfo cubano en el proceso revolucionario, teníamos que pensar en la URSS, en China. Pero cuando se da la Revolución Cubana, ya podemos pensar en algo más cercano a nosotros, una revolución que habla en castellano. […]

En esa época estar fuera del Partido Comunista no era como ahora que podemos estar en otra organización. O estabas dentro del PC o militabas dentro la organización trotskista. O eras del PC o estabas en contra del PC. Entonces la Revolución Cubana en ese proceso tiene la virtud de ver que muchas veces la realidad es mucho más grande que determinados dogmas. El movimiento, que no necesariamente se declaraba marxista-leninista, podía iniciar un proceso de cambio en Cuba, donde justamente se encontraban los más grandes de la teoría marxista-leninista latinoamericana; la Roca, Escalante, muy conocidos y a los que había que recurrir para comprender el cambio, la revolución; el problema de la construcción de la sociedad socialista. Es lo más avanzado que ha habido, mucho más allá de la gente del PCR -Partido Comunista Revolucionario- de Argentina o Brasil o Cuba. Sin embargo, ahí con esos cuadros la realidad les mostraba nuevos caminos de tareas que se presentan para gentes como nosotros, como una de las puertas de ingreso para una militancia revolucionaria. No necesariamente, pensábamos en esa época, formar un Movimiento 26 de Julio, que no lo llegamos a formar nunca, en cambio formamos el ELN.”

Las personas que construyeron el ELN no eran los únicos peruanos influenciados por la Revolución Cubana. También los revolucionarios del MIR por ejemplo, fueron impactados por esta revolución. Ricardo Gadea, un exdirigente del MIR peruano en los años sesenta y setenta, describe en su artículo Regis Debray y la nueva izquierda la importancia de la Revolución Cubana por la izquierda en América Latina: “Durante décadas ha predominado en el pensamiento y, por supuesto, en la práctica revolucionaria latinoamericana, una concepción caracterizada por el sometimiento al fatalismo de las vías electorales y pacíficas, las burguesías nacionales progresistas, la revolución democrática-nacional, el fetichismo respecto al proletariado y a las experiencias y modelos clásicos provenientes de otras realidades. Sobre esta concepción se ha escrito y teorizado infinitamente y aún estaríamos sometidos a ella si la Revolución Cubana no hubiera roto de un solo golpe todos los presupuestos del dogma y no hubiera impulsado el ascenso de las nuevas vanguardias, que comienzan a escribir con su sangre su auténtica ideología.” En otro artículo señaló que “la revolución y la construcción del socialismo en Cuba, han roto innumerables esquemas tradicionales de pensamiento y acción. Muchos dogmas han sido superados. Se ha desencadenado un gran movimiento renovador, teórico y práctico, dentro del cual actuamos los que hoy nos esforzamos por hacer la revolución en nuestro país y en el continente.”

3. El internacionalismo de la Revolución Cubana

El apoyo que recibieron los revolucionarios latinoamericanos de las autoridades cubanas y la intensa cooperación que existió entre los cubanos y el ELN peruano, llevó a Héctor Béjar a la conclusión de que los guerrilleros del ELN “en la práctica estábamos involucrados en la estrategia cubana para América Latina”. Julio Dagnino tenía otra opinión al respecto: “No lo creo tan matemático. Plantearlo de esa manera, me parece como si se estaba digitalizando: grupo acá, grupo acá, grupo acá. Pero al plantearlo así, se plantea como si fundamentalmente estaba dirigido por los cubanos. 

Entonces, allí es la diferencia que yo te digo. ¿Por qué? Porque había razones internas de los grupos. El grupo de Masetti, el grupo nuestro y el grupo del MIR obedecían a razones internas, es decir, la actuación de ellos. Por ejemplo, el MIR no desarrolló inmediatamente las guerrillas, en el momento de la guerrilla de Argentina de Masetti, o en el momento que estábamos nosotros en Bolivia.” Ulises Estrada, un internacionalista cubano, tiene la misma posición. En una entrevista realizada en el 2005 decía: “Los fracasos o reveses del movimiento revolucionario en América Latina son propios del movimiento Latinoamericano. No son culpa de Cuba. Y además, una segunda cosa que quería señalar: ¡Nunca intentamos exportar la revolución! Sencillamente nos limitamos a apoyar a aquellos revolucionarios que venían a beber de la experiencia cubana y a buscar el apoyo de la experiencia cubana a partir de la condición internacionalista del compañero Fidel Castro que fue quien nos enseñó realmente a ser internacionalistas.” 

En su libro Tania la guerrillera y la epopeya suramericana del Che, escribe: “Por tanto, sus principales dirigentes -de la nueva izquierda- acudieron a La Habana en busca de ayuda política, económica o militar para lograr sus propósitos revolucionarios. La dirección política cubana fue receptiva a sus demandas; pero sin pretender en momento alguno exportar su revolución, a no ser su ejemplo de dignidad, resistencia y combate.” En un documento para el Consejo de Seguridad Nacional del 4 de mayo de 1961, elaborado por un Grupo de Tareas de Interagencia acerca de Cuba que estaba compuesto de representantes del Departamento del Estado, de Defensa, de Justicia, de la CIA y la Agencia de Información de Estados Unidos, dice que “la exportación de ayuda física a los movimientos revolucionarios, aunque importante, es mucho menos importante que la amenaza planteada por el ejemplo de Castro y el estímulo general a estos movimientos”.

A principios de los años sesenta, el Che Guevara y Fidel Castro han dicho en repetidas ocasiones que Cuba no puede exportar revoluciones. Agregaron, sin embargo, que tampoco pudieron evitar que la Revolución Cubana fuera copiada. En septiembre de 1963 el Che dijo, no obstante, que las tareas de la Revolución Cubana “están más lejos que las fronteras de Cuba: el deber de expandir la llama ideológica de la revolución por todos los rincones del mundo donde se nos escuche”. En una entrevista con el New York Times en 1964, Fidel Castro dio a entender que Cuba estaba dispuesta a frenar el apoyo a diversos movimientos revolucionarios latinoamericanos cuando los Estados Unidos también cesarían sus hostilidades contra Cuba. En un estudio de la CIA del año 1965, se dice que “varios cientos de peruanos pertenecientes a diversos grupos extremistas de izquierda, también han recibido entrenamiento en la guerra de guerrillas u otros tipos de formación en los países comunistas, sobre todo en Cuba, pero también en la China comunista y Corea del Norte”.

El apoyo que los cubanos prestaron a diversos grupos guerrilleros latinoamericanos fue organizado por un departamento especial del Ministerio del Interior, la Sección Operaciones Especiales (MOE). Ulises Estrada: “Según Piñeiro me dijo en esa ocasión, a diferencia de otras Secciones y Departamentos de ese naciente órgano de la inteligencia estratégica cubana, el MOE tendría como única responsabilidad la conducción de diversas operaciones clandestinas vinculadas a la solidaridad de nuestro país con las diferentes organizaciones y movimientos revolucionarios que continuaban surgiendo en varios países de América Latina, bajo el impulso de la victoria insurreccional cubana y en respuesta a las políticas pro imperialistas, antidemocráticas y antipopulares de sus correspondientes gobiernos. [...] Este (Manuel Piñeiro) me comunicó que debíamos articular las diversas operaciones de solidaridad de la Revolución Cubana con el movimiento popular y revolucionario de América del Sur que por entonces estábamos realizando; ya que, a su decir, dadas las condiciones del continente y la intensificación de las acciones enemigas sobre nuestro país y sobre el propio movimiento latinoamericano, esas operaciones había que realizarlas “como los fantasmas”.” Las actividades de este departamento no solo debían de ser mantenidas en el absoluto secreto por el campo imperialista, sino también para los partidos comunistas latinoamericanos y los antiguos países socialistas.

Las actividades de la MOE fueron dirigidas por Orlando Pantoja. Ulises Estrada señala en el libro Che in Afrika. Che Guevara’s Congo Diary que “este departamento comenzó a crear escuelas de formación y hacer trabajos operativos. Che a menudo dirigía nuestro trabajo. Todo lo relacionado con los movimientos guerrilleros y los movimientos clandestinos tuvo que ser sometido a él, y discutido con él, a pesar de que Fidel era el jefe de más alto rango”. En el caso del ELN peruano, la tarea del MOE era asegurar que los guerrilleros pudieran entrar sanos y salvos en Bolivia.

4. Palabras finales: la “exportación” de la Revolución Cubana

Caracterizar la ayuda de los cubanos a diversas organizaciones latinoamericanas como la “exportación” de la Revolución Cubana, es una descripción incorrecta del apoyo que los cubanos dieron a varios proyectos revolucionarios. Aunque había una variedad de tipos de apoyo, desde el financiamiento de actividades revolucionarias hasta el envío de internacionalistas cubanos, tipificar esta ayuda como la exportación de la revolución significa negar el desarrollo político de los propios guerrilleros antes de la Revolución Cubana. Además, implica que la toma de lecciones de una revolución exitosa -el aprendizaje revolucionario- tal como se hizo con las revoluciones rusa y china, estaba considerado como un proceso completamente ajeno de las condiciones políticas, económicas y sociales de cada país individual.