Papel de Arbol

martes, 13 de octubre de 2015

LA CIENCIA DE LA FELICIDAD, por Angus Deaton, Nobel de Economía 2015

http://diariouno.pe/2015/10/13/nobel-de-economia-es-escoces-angus-deaton/

Angus Deaton, nacido en Escocia, es el ganador del premio Nobel de Economía 2015, según anunció ayer la Real Academia de las Ciencias de Suecia.
Göran K. Hansson, secretario permanente de la Real Academia de Ciencias de Suecia, anunció el ganador añadiendo que fue por sus estudios sobre el consumo, pobreza y bienestar.
Angus Deaton nació en Edimburgo, en 1945, pero vive en Estados Unidos, donde es profesor de economía y asuntos internacionales en la Universidad de Princeton, desde 1983.
Otro británico de origen escocés, James Mirrlees, ganó el Nobel de Economía en 1996.
El catedrático de 69 años había sido considerado para el premio en varias anteriores ocasiones.
El comité Nobel de ciencias económicas destacó que las opciones de consumo individuales deben ser entendidas antes de formular políticas económicas que promuevan el bienestar y la reducción de la pobreza”.
“Más que nadie, Angus Deaton ha incrementado este entendimiento. Al vincular las opciones individuales a los resultados agregados, su investigación ha ayudado a transformar los campos de la microeconomía, macroeconomía, y economía del desarrollo”, indicaron los miembros del comité.
DISTRUBIR LOS GASTOS
El trabajo por el cual se honró al profesor Deaton con el Nobel gira en torno a tres interrogantes: ¿Cómo distribuyen los consumidores sus gastos entre diferentes bienes? ¿Cuánto de los ingresos de la sociedad se gasta y cuánto se ahorra? ¿Cuál es la mejor forma de medir y analizar el bienestar y la pobreza?
“Su investigación destapó importantes escollos cuando se compara el alcance de la pobreza a través del tiempo y lugar”, señaló el comité.
POBREZA
Deaton señaló el desarrollo desigual en el mundo rico que ha dejado rezagado al mundo pobre.
Aunque dijo que los niveles de pobreza han bajado en el mundo, “aún no se ha salido del bosque y que para muchas personas la situación es muy, muy mala”.
El problema no es el consumo, sino que ese consumo le cause daño a otros, añadió.
En ese sentido, hizo referencia al cambio climático y a los enormes niveles de desigualdad.
Una columna del ganador del Premio Nobel de Economía refleja con claridad su manera de entender lo que él llama "ciencia de la felicidad"
Diario UNO-Lima 
Editor Economía 
Jorge Zavaleta
jorgez@telefonica.net.pe
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El flamante ganador del Premio Nobel de Economía, Angus Deaton, escribió en 2013 una columna para el diario El País en el marco de la entrega del Premio Fronteras del Conocimiento, auspiciado por un banco español. Allí, bajo el título "La vida en tiempos de austeridad", el economista escocés se refirió a cómo la falta de empleo o una crisis económica personal influye en la infelicidad de las personas.

 La reflexión forma parte del pensamiento del galardonado y parte del motivo por el cual fue distinguido por la Real Academia Sueca.

"No sólo la Economía, también la Psicología y la Filosofía dedican cada vez más atención a este campo de investigación, conocido como 'ciencia de la felicidad'. Incluso los institutos de estadística nacionales e internacionales vienen demostrando su interés por medir el nivel de bienestar dentro de su habitual seguimiento de la vida de los países.

"Todos quisiéramos ser felices, 
pero una gran parte del mundo está hoy preocupada porque los programas de austeridad que muchos países padecen nos harán infelices, quizá durante bastantes años. Que la austeridad traerá sufrimiento es, por desgracia, cierto. Sin embargo, los resultados de esta nueva investigación nos ayudan a entender el modo en que nos hará infelices, y tal vez puedan incluso ofrecernos un poco de esperanza y de consuelo.

"Con la austeridad se reducen los ingresos, se recortan los beneficios y se destruyen empleos. Aunque confiamos en que estos programas den resultado pronto y la economía vuelva cuanto antes a la normalidad, no tenemos ninguna garantía al respecto, y es posible que nos esperen muchos años de pérdidas de ingresos y de más desempleo. El nivel de vida es más bajo de lo que sería en otras circunstancias, y algunas de las personas que pierden sus trabajos podrían tener problemas para encontrar otro, tal vez incluso durante el resto de su vida activa. También los jóvenes que acceden por vez primera al mercado laboral están en peligro, y pierden no sólo los ingresos que les corresponderían, sino una experiencia de trabajo inestimable para sus futuras carreras profesionales. Y habrá quienes tengan más difícil el acceder al colegio y a la universidad, viendo así comprometido su porvenir.

"Estas son las cosas que preocupan a los economistas cuando meditan sobre la austeridad o sobre los retrocesos que supone. Y está bien que sea así, porque el descenso de los ingresos y el aumento del desempleo traen privaciones y desesperación a muchas vidas.

"La nueva investigación sobre el bienestar no menosprecia este tradicional enfoque económico, pero aporta una perspectiva y un modo de pensar diferentes sobre lo que de verdad importa. Nos ayuda, por tanto, a considerar lo que aguarda a la vida emocional de la gente mientras afronta un futuro enormemente difícil e incierto.

"La investigación sobre el bienestar pregunta acerca de las vidas de las personas. Los investigadores inquieren sobre ingresos, sobre empleos y sobre lo que la gente hace. Además, las encuestas preguntan a la gente sobre cómo piensa que le van las cosas -lo que sirve para valorar la satisfacción vital- y también sobre su vida emocional. 

"Hay diversos modos de preguntar por las emociones, pero una de ellas -la que utiliza Gallup en sus encuestas- consiste en preguntar a una persona sobre sus experiencias del día anterior: si sintió mucha felicidad, o tristeza, o preocupación, o estrés, o cólera. 

"Resulta que todas estas dimensiones de nuestra vida son distintas. Alguien puede decir que su vida va muy bien, pero que ayer estaba triste: tal vez ha conseguido un ascenso, pero está llorando la pérdida de un ser querido. Otro puede estar en paro, tener malas perspectivas laborales, y decir que su vida va fatal, pero informar de que ayer se lo pasó genial con sus amigos. Las vidas emocionales son complejas, y la nueva investigación intenta tener en cuenta todas estas dimensiones. Es algo muy útil cuando pensamos en los efectos que la austeridad tiene en la vida de las personas"

"Empecemos por las malas noticias. Cuando los ingresos caen, la gente piensa que su vida empeora. Cuando la gente pierde su empleo, las consecuencias son considerables en la valoración de su vida. Visto así, el desempleo es una de las peores cosas que pueden ocurrirle a alguien -no tan malo como perder a quien queríamos, o como divorciarse, pero muy malo-". 

"El efecto va mucho más allá de la pérdida de ingresos que se deriva del desempleo, porque tener un trabajo es parte sustancial de la autoestima de una persona, y le da a su vida un sentido y un propósito. De modo que cuando la gente pierde su trabajo, no sólo pierde dinero, sino otra dimensión de su vida que es valiosa". 

"Esto no significa que el dinero no tenga importancia por sí mismo. La gente de los países más pobres suele estar menos satisfecha con su vida, y no hay un solo país donde la gente con más ingresos no tenga en más alta estima su vida que la gente que gana menos. Son estas medidas para valorar la vida las que revelan el dolor que provoca la austeridad"