Papel de Arbol

martes, 26 de noviembre de 2013

EL NIÑO Y EL DERECHO AL JUEGO


Jorge Zavaleta Alegre

El  derecho al deporte, juego y recreación constituye un estímulo para el desarrollo afectivo, físico, intelectual y social de la niñez y la adolescencia, además de ser un factor de equilibrio y autorrealización, coinciden los trabajos  de   UNICEF y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables  del Perú – MIMP, especialmente, a través del Programa Yachay.


El Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, Bernt  Aasen, durante su reciente visita a Lima  destacó la importancia de promover el derecho al juego y el acceso al deporte como una herramienta esencial en el desarrollo de un niño, niña o adolescente.

Con estudios  de historia, literatura y lengua española en la Universidad de Oslo y en la UNAM de Méjico, seguido de un postgrado en Pedagogía Social en la Universidad de Oslo, Bernt Aasen, analiza los Objetivos de Desarrollo del Milenio y menciona seis  temas prioritarios que amenazan el bienestar y el desarrollo integral de la infancia:

Las disparidades económicas, que van más allá de los promedios nacionales. La exclusión, que viven millones de indígenas, afro descendientes y otros grupos, como los discapacitados. La violencia, desde la intrafamiliar, básicamente invisible, hasta la juvenil y las respuestas legales. El VIH/SIDA y la desnutrición crónica.  


Nacido en Noruega, Aasen fue coordinador adjunto de la operación humanitaria en el Sudan entre  2002 y  2004 donde integró el equipo de negociación entre el gobierno de Sudan y el Movimiento de Liberación Popular de Sudan. Con UNICEF ha laborado en Afganistán, Nueva York y en  Méjico donde inicio programas de asistencia para niños y niñas indígenas en áreas controladas por guerrillas en el sur del país.

En Nicaragua trabajó en la elaboración de legislación sobre temas de infancia. En Panamá, desarrolló la primera red de programas de rehabilitación para niños y niñas de la calle. Y  1987 en Honduras,  participó sobre un proyecto comunitario para proveer de agua a áreas peri-urbanas.

DOS TIPOS DE INFANCIA
En América Latina, se habla de «dos tipos de infancia»: aquellos niños englobados en el concepto de «menores en circunstancias especialmente difíciles»  y los que no lo están.

Este concepto desarrollado por UNICEF define a los niños que viven en situación de riesgo e incluye los  menores con necesidades específicas de atención preventiva. Menores trabajadores y de la calle,  en conflicto armado, refugiados y desplazados por discriminación religiosa, social o política.  Menores institucionalizados. Víctimas de maltrato y abandono. Menores esclavizados, maltratados, prostituidos o explotados; Y menores en desastres naturales y ecológicos.

El retraso en el crecimiento refleja una deficiencia alimenticia crónica, agravada por la enfermedad. Comparado con otras formas de desnutrición, éste es un problema de proporciones mayores.

Entre los niños con edad inferior a los 5 años del mundo en vías de desarrollo, aproximadamente una tercera parte –195 millones de niños– sufren de retraso en el crecimiento, mientras que 129 millones tienen un peso insuficiente.

Un total de 24 países soportan el 80% del lastre de la desnutrición en el mundo en vías de desarrollo, expresado a través del retraso en el crecimiento.

EDUCACIÓN Y DESARROLLO INFANTIL
En relación con la educación, se sabe que el 27% del total de la población en edad escolar está fuera de la escuela. La educación no se adapta a las heterogéneas realidades culturales del país y a las realidades específicas de estas poblaciones. Un alto porcentaje de docentes no tienen estudios especializados.
El concepto niño de la calle tendría una carga estigmatizante, de desvalorización, en tanto que lo define exclusivamente por lo negativo, al  no tener casa,  que no va a la escuela,  que no tiene familia, etc.

 “El juego, el deporte y en concreto los programas de deporte para el desarrollo son una buena plataforma para fomentar estas habilidades en niños y adolescentes.
Desde el Brasil, ‘Vamos a Jugar’ es una iniciativa de movilización y de compromiso ciudadano y político impulsada por UNICEF y la Alcaldía de Rio de Janeiro. Alienta el derecho al juego, la recreación y el deporte seguro e inclusivo para todos los niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe.

Unicef, remarca que la trilogía  “Deporte, Recreación y Juego”,  fortalece el organismo y evita las enfermedades, prepara a los niños y niñas desde temprana edad para su futuro aprendizaje, reduce los síntomas del estrés y la depresión.  Mejora la autoestima, previene el tabaquismo y el consumo de drogas ilícitas y reduce la delincuencia.

YACHAY
Es un programa nacional que    desde un enfoque de derechos, trabaja y se conecta de manera lúdica con los niños y adolescentes, fomentando la convivencia y el desarrollo de habilidades sociales entre ellos.

La  experiencia  “Deporte para el Desarrollo, deporte de mediación”, se realiza en el marco de una alianza entre UNICEF, Yachay (MIMP) y la ONG nacional CEDEC.

Desde pequeños, los niños entienden que la responsabilidad en el hogar es colectiva y que la escasez obliga a compartir sus escasos bienes. El juego no es valorado por los padres, que lo consideran algo intrascendente.

La participación de niños y niñas con discapacidad en actividades deportivas fomenta la inclusión y ayuda a evitar la estigmatización.

Yachay busca conseguir  el compromiso de los alcaldes en sus municipios y permitir la universalidad del derecho al juego, la recreación y el deporte seguro e inclusivo para todas las niñas, niños y adolescentes de la región.


El derecho al juego, consagrado en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño, universaliza su derecho a ser escuchado en todas las decisiones que afecten a su futuro. Por lo tanto, el deporte y el juego no son sólo mecanismos para el desarrollo y el aprendizaje de habilidades para su vida, sino también para su empoderamiento y participación.

Leyenda fotos. Bernt Aasen, con Melva Jhonson, subdirectora de Unicef en Perú, Julio  Rojas, viceministro de Poblaciones Vulnerables, Amelia Cabrera, directora de Yachay y Manuel Tristán, Asesor y Educadores de Niños de Calle.